1
Pocas veces he concertado una cita. Ustedes saben, una cita es mitad guiño y mitad propuesta. La primera mitad es la escénica y la segunda la del feeling, el temperamento.
Conocerse, conocernos, saber de ella.
Antes de eso el Mefistófeles Telcel iba tiñendo de luz tu número telefónico cedido por ¿Marcela, Juan Ramón? No importa. El biiiiiip biiiiiiip biiiiiip bajaba, supongo, entre tus dedos en forma de suave velo hasta que –como si tomaras una copa de vino- te llevabas al celular a tus labios para decirme
–Hi, ¿who are you?
Entiendo que el reloj biológico entre un hombre y una mujer sea incompatible en meridianos, y por eso no llegabas a la cita. Y lo entiendo gracias a que nadie como ella para cantar a Los Ramones y Metallica; y lo dice el murcielaguito en que me transformo cuando Marcela me toma fotos para repartirlas diciendo
–Miren esos ojitos enamorados y dormilones del Pulidín City
Y yo volaría a Transylvania, de vuelta, si no fuera porque quiero preguntarte:
¿Vendrás de minifalda?
2
No sé si fue mi guiño de vaquero, los patitos que me hacen cejijunto a la hora de enamorarme, quizá mi olor a pay helado. O esta mirada de bandido, el mendrugo de pan y los centenares de migas respecto a una alacena en tinieblas y vacía.
Yo digo que son tus ojos, mis piernas zambitas, un poco mi parte de gentleman británico, otro poco las Confederaciones de tu balcón de puertas abiertas.
Pienso que esa cafetería donde coinciden ladies y cowboys tiene también cierto aire neoyorquino: los duendes comen setas, las hadas cuentan billetes y tú cantas Procul Harum, Fleetwood Mac, María Griver y fumas habanos y bailas cha cha chá.
Por eso sigues de pie en una de mis costillas, tan bonita, sosteniendo un paraguas bajo la lluvia como en un cartoon japonés
Pocas veces he concertado una cita. Ustedes saben, una cita es mitad guiño y mitad propuesta. La primera mitad es la escénica y la segunda la del feeling, el temperamento.
Conocerse, conocernos, saber de ella.
Antes de eso el Mefistófeles Telcel iba tiñendo de luz tu número telefónico cedido por ¿Marcela, Juan Ramón? No importa. El biiiiiip biiiiiiip biiiiiip bajaba, supongo, entre tus dedos en forma de suave velo hasta que –como si tomaras una copa de vino- te llevabas al celular a tus labios para decirme
–Hi, ¿who are you?
Entiendo que el reloj biológico entre un hombre y una mujer sea incompatible en meridianos, y por eso no llegabas a la cita. Y lo entiendo gracias a que nadie como ella para cantar a Los Ramones y Metallica; y lo dice el murcielaguito en que me transformo cuando Marcela me toma fotos para repartirlas diciendo
–Miren esos ojitos enamorados y dormilones del Pulidín City
Y yo volaría a Transylvania, de vuelta, si no fuera porque quiero preguntarte:
¿Vendrás de minifalda?
2
No sé si fue mi guiño de vaquero, los patitos que me hacen cejijunto a la hora de enamorarme, quizá mi olor a pay helado. O esta mirada de bandido, el mendrugo de pan y los centenares de migas respecto a una alacena en tinieblas y vacía.
Yo digo que son tus ojos, mis piernas zambitas, un poco mi parte de gentleman británico, otro poco las Confederaciones de tu balcón de puertas abiertas.
Pienso que esa cafetería donde coinciden ladies y cowboys tiene también cierto aire neoyorquino: los duendes comen setas, las hadas cuentan billetes y tú cantas Procul Harum, Fleetwood Mac, María Griver y fumas habanos y bailas cha cha chá.
Por eso sigues de pie en una de mis costillas, tan bonita, sosteniendo un paraguas bajo la lluvia como en un cartoon japonés
6 comentarios:
Luisito, dicen mis "apás" que escribes bien y eres divertido
Que les gusta mucho lo que escribes
O sea: Ya no te odian
Besos, besos
Marina:
Gracias por escribir. Qué bueno que tus papás ya me quieren y les gusta mi trabajo.
Besos, también
Luis Daniel:
que cuando te leo me da rete hartas ganas de escribir. Gracias por ello.
escribes como me mirabas. siempre picaro, travieso, inquieto
besos
Querido Luis Daniel:
Me la paso increíble con tu blog, mejor que el tequila en momentos de nostalgia
Besos
Estimada Tonalli (Angélica):
Gracias por tu comentario, hasta me puse rojo.
Un abrazote
Lolita: Mis bizcos siempre han sido irresistibles
Besos
Querida Alejandra, ya fui por los caballitos
Kisses & Hersheys
Publicar un comentario