A Claudia Pon Cáceres
Nos vimos para platicar,
sumamos y restamos por aquel
incidente cuando le hablé borracho.
La Universidad, sin embargo,
fue un ejercicio más cuidadoso de lectura,
un bip bip desde un Volkswagen,
el hostal con puertecita, terraza y alberca
y que sí, tengo algo que le recuerda
a los nazis cuando pido la cuenta.
Ella sabe que es la niña que cargo
en hombros cuando le grita al gordito
de enfrente -¡Hipopótamo!-
mientras en las calles de Tuxtla Gutiérrez
las serpientes cambian de piel
a propósito de una ciudad en ruinas
y su régimen de procesiones
Quedamos en escribir un cuento
y descifrar el código genético
del porqué de la fertilidad de los chinos,
además de invadir Cuba y leer en voz alta
los libros de Cabrera Infante
1 comentario:
Merci!!
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