Siempre cuando hundo mi rostro en el agua veo caballitos de mar que orbitan alrededor del dibujo de un dinosaurio manipulado por mis dedos.
Veo libros de matemáticas atrapados en burbujas que buscan la superficie, boletas con puros dieces que como máquinas del tiempo me llevan al recuerdo de Marina.
Marina me dejó claro que no todos los mares son iguales, que hay besos que se deshacen como un helado de limón en los labios, que en sus ojos negros se llega a la playa por carretera.
Quisiera hacer mías las palabras de su nombre, enamorarla de un solo parpadeo, preguntarle cómo un hombre pudo hacer lo que yo no: atrapar las estrellas y meterlas en una bolsita para hacerlas sopas, sí, “sopita de estrellas” (a 4.50 la bolsa).
Un día pensé que si quieres ser ciudadano del mundo, mantente a media hora de tu niñez. Marina, no estuvo de acuerdo. Sin embargo de manera natural participaba en mis westerns de domingos por la tarde. Más aún, basado en las leyes de la robótica y la revolución científica, inventé mi propia fórmula para enamorarla:
A (de agua) + C (de coco) = agüita de coco
¿Para qué sirven los barcos?
Entre muchas cosas para ver las luces de Navidad desde el gran espejo que es una isla desierta.
Y lo que sigue, desempapelar las madrugadas, apostarle a los tranvías, al azul septentrional de los espejos rotos.
Confesarte, Marina, lo que tú ya sabes.
Oaxaca, México; Octubre 2007
9 comentarios:
Ahhhh, què tierno. Ahora, de regreso a Zacatecas, me ha encantado leerte
Besos
Mariana
Querida Mariana:
Ese ahhhhh, fue un lindo abrazo.
Besos
Entre números, calculadoras, edificios, títulos y gente seria, tu aguita de coco viajó hasta el DF y me refrescó... también a los recuerdos de mi niñez en Chiapas.
¿Podrías lanzarme un coco sin partir? acá le doy con el lavadero.
Briseida
Encantadores textos, llenos de emoción y ternura.
Felicidades
Estimada Briseida:
Va el coquito enterito lleno de agua,
pero también un flamboyán de malvavisco,
esta postal desde Chiapas con olor a naranjas partidas
y mil flores que he sacado con suavidad de mi chistera.
Un abrazo, y gracias por escribir.
Espero verte más seguido por este bloguito.
Olivia:
Gracias por tus comentarios, me siento como Zinedine Zidane jugando en la Champions League
Un abrazo
Qué emoción, bebé
Como ya ni te acuerdas de mí, hasta ganas de no escribirte me dan, pero te leo y me pongo tan, tan, fragil pues. Le echaría la culpa a que estoy en "mis días", pero sé que no es cierto:
Te quiero y te extraño mucho
Luisito: ando en chinga con lo de la escuela, pero leerte es como tomar agua de jamaica, horchata con mucho hielo, aguita de coco con mucho coco, ja
Besitos
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