Las caricias son los únicos procesos democráticos que conozco, son determinadas secuencias donde el tiempo y el espacio constituyen un solo lenguaje. Uno empieza por las manos hasta llevar a cabo un beso, persuadiendo así tu desnudez y la mía para ese país perfecto que es la cama, donde las almohadas no crean distancias y los sueños descansan en cada parpadeo, cada mirada, de frente a la vida tomados de la mano. Luis Daniel Pulido. Akumal, Q. Roo; México
lunes, 15 de diciembre de 2008
DESIERTO Y POSGUERRA
El desierto se abre como una mujer árabe
que se desnuda y acaricia con los labios
el velo de arena de la televisión que se apaga
No es un país un conjunto de promesas
que no has de cumplir: es lo fatalista y decadente
de los días, el flujo de sangre que en dos minutos te da tu bandera
Sin ojos y sin afeitar nada me sorprende:
el coyote que se acerca es una video-instalación
(pero aún así se ve perdido por el último rave)
Con el cacto no hablo del 68 común
y su movimiento pendular de cordones umbilicales,
no hablo de las fuentes formales y de quienes nos enseñan
a jugar como niños idiotas a la “posguerra”.
Hablo de la rabia y sus inscripciones,
de lo que se interpone y no ofrece respuestas
Hablo de la vida misma
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1 comentario:
Este poema me gustó mucho, y eso que no es amoroso, tú sabes, esas cosas que escribes tan lindas y conmovedoras, pero este es fuerte y a su vez, tan lindo.
Besos
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