viernes, 4 de julio de 2025

QUITARSE LOS ZAPATOS, QUITARSE LA CAMISA Y TIRARSE A LA CAMA


 

A mí nunca me urgió contar historias,
ni me propuse aclarar de dónde
venían las corrientes de fondo:
el Leviatán y su furia cerebral,
su impulso, su eco y los ejemplos
a los que volvemos:
Y es que uno crece y los mapas
dejan de ser particulares,
están a la vista de un montón de gente:
No soy culpable de lo que hice,
las bibliotecas a las que fui
no fueron convencionales,
eran los barcos amorosos
de una madre que amó profundamente
a su hijo:
Y acá estoy, a punto de entrar
por la puerta grande del alba
que se apaga con la mano,
de las raíces de los árboles
que salen de la tierra:
Pendiente de las noticias
del neurocirujano
Nada que me impida poner
mi disco de Slayer
Y caminar a la plaza donde los pájaros
huyen de su reflejo en el agua
Luis Daniel Pulido

Y NO PUEDO PARAR…


 

Vente, vamos por piedritas al río para quemar cal
La arquitecta

No he comprado el boleto para el último concierto de Black Sabbath, pero en los arcos de tiempos, el ocio se vuelve un compendio de ocurrencias. Me levanto a las 4 de la mañana junto, imagino, a problemas globales, un planeta en estado de emergencia permanente. Salgo a caminar con mis perros porque su levedad me funde con la madrugada. Ya ahí puedo estar en Birmingham, en los barrios donde apenas la gente despierta, en los ojos de un gato persa, en un lago profundo con puntos de luz que me invitan a bailar. No sé cuánto tiempo pasa. Todo queda encapsulado en este momento, cuando un perro con ternura se acerca a un niño con Síndrome de Down, en ese breve deslizamiento de amistad. Y no quiero abrir los ojos.

Luis Daniel Pulido