La vida es extraña, una restauración de cuadros dañados por el tiempo, una respuesta rápida ante un asalto, una flor que sale renovada de la tierra. Uno va de aquí para allá, como en mi caso, por un plato de lentejas, un poco de silencio, una biblioteca, un amigo con quien platicar de la anatomía de las luciérnagas… lo que pasó hace un siglo, digo al azar, parado frente a un abismo de islas a las que nunca pude llegar. Un atisbo de luz: la gente se toma selfies después de un juego de futbol. Y cuando regreso del tiempo, me veo entre ese montón de gente. He jugado futbol con viejos amigos que se conocieron en una Secretaría, la del Bienestar, en este caso, mientras yo estaba en otra parte: una tienda de discos en Londres, una fiesta en un departamento con personas desconocidas, en un hospital recuperándome de un infarto. El multiverso, los universos paralelos o la magia del cine lo hicieron posible. Lo dijo Arnold Schwarzenegger, en Terminator: I'll be back. Yo también he regresado.
Luis Daniel Pulido
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