Ha iniciado otro año
y leo las Elegías de Duino de Rainer Maria
Rilke;
por su siglo de Rolling Stone en la pequeña
Amsterdan
de Van Halen, la policía desalojando a los jóvenes
de un "after", por la vida allá afuera y
los fuegos
artificiales
Me he perdido en el tiempo,
en la música electrónica de un podcast,
el solo de batería de un tal Tommy Aldrige,
en cosas de viejos roqueros:
mover aprisa los dedos como si fuera
a disparar una pistola en un wenstern,
en un duelo a muerte,
antes de la primera aspirina para el dolor
de cabeza y de Kropotkin y de esos libros
que no he leído
He buscado tus comidas favoritas
a manera de homenaje, de recuerdo,
de clave morse, de raíces en el árbol
de la vida o eje central o ciudad universitaria
o sencillo: un lugar contra el frío
Y porque hay una larga lista de pendientes,
la pantalla en negro del obrero
en el primer día del resto de su vida:
feliz año nuevo
Un dron sobrevuela este poema
que escribo en una servilleta
Y lo ofrendo al sol del mediodía
Luis Daniel Pulido
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