La distancia es un riel de bombas,
herrumbre húmeda de la madrugada,
del despertador, perro que ladra,
sirena de ambulancia
El destino o la curva de la cola del gato
o los peces amarillentos de las postales
que nos separan
Nos abren los dedos de las manos,
nos dejan cartas no recibidas,
pelotas de frontón,
dioses que enterramos en el patio
Y ese sonido del cacomixtle
trepando los árboles,
bajo la luna llena
El cielo desfigurado en el estanque
por las piedras que arrojamos
La distancia es así…
Un animal grande,
el largo etcétera que no alimentas,
innumerables esquinas de ciudades
que desaparecieron
Silencio
Luis Daniel Pulido
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