sábado, 28 de agosto de 2021

VIVE, MARCO, VIVE


 

Después del infarto, mi hermano Marco Pulido –con un esfuerzo que sobrevuela continentes y poblaciones de palabras frágiles– me escribe una breve carta. Y la leo y lloro. Y se abren puertas a lo desconocido: la angustia, el miedo, la soledad y su gloriosa excepción: la esperanza.

Un avión de papel hacia el crepúsculo hace de luz en mi ciudad. Señal de que ya puedo salir a navegar.

Vive, Marco, vive.

Luis Daniel Pulido


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