1
En el mundo hay mitos, algunos
sobreviven por su belleza o por su música de fondo o por su paso entre el
silencio de tantos libros. Y podría ahondar con bibliografías o conceptos,
trazar un marco lingüístico, no sé, desarrollar una tesis. Pero lo que quiero
escribir va más con algo sencillo: un juego de futbol, los cuartos de final de
la Liga MX Femenil entre el Atlas y el Pachuca. Ganó el Atlas Femenil. Y
jugarán su primera semifinal. Acostumbro siempre apuntar en una libreta
aspectos técnicos, parados tácticos, características futbolísticas de las
jugadoras que comparto en Twitter. Y así fue con el juego que vi. Pero acuso de
una memoria recurrente, al reflejo de mi imagen en el agua, al niño que fui.
2
Infinidad de veces escuché
aquello de lo bonitos que son los ojos tapatíos y con los que me inventaba novias
posibles. O imposibles. Y las tuve. Las recuerdo pacientes, divertidas,
maternales. Me cuesta tanto estar presente en una conversación, una clase, un
proyecto. Siempre divago en otro planeta, en otras camas, otros patios, otras
playas, miles de poemas. Y eso en Chiapas me ha costado y muy caro: burlas y
más burlas. E insultos. Por eso las recuerdo con tanto cariño.
3
Vuelvo al juego donde vi y
corroboré lo que se dice de las tapatías: que tienen los ojos más bonitos del
mundo. El marco fue un juego de futbol, hubo tensión, fuerza, coraje y alegría
al final. Y fue un momento: la portera vio a la cámara. Sus ojos verdes. El mar
a veces se abre y te deja ver la piedra donde se forjaron estas palabras
escritas hace miles de años.
Luis Daniel Pulido
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