Dos años sin hablarnos,
de preguntar a terceros qué ha sido
de nuestras vidas, de no comprar
nuestro aderezo favorito,
de dibujar en el aire tranvías porteños
que no fueron a ninguna parte,
de dejar tras de mí un tercio de lluvia,
esos versos que tanto te gustan
de preguntar a terceros qué ha sido
de nuestras vidas, de no comprar
nuestro aderezo favorito,
de dibujar en el aire tranvías porteños
que no fueron a ninguna parte,
de dejar tras de mí un tercio de lluvia,
esos versos que tanto te gustan
Dos años de no decir “te extraño” por macho,
mamón: políticas de la empresa
mamón: políticas de la empresa
O porque desde que te fuiste
los caramelos no me saben igual,
ni qué decir las galletas,
los tacos de La Parrilla Norteña,
el café con pan
los caramelos no me saben igual,
ni qué decir las galletas,
los tacos de La Parrilla Norteña,
el café con pan
Dos años sin hablarnos
y mira, acá estoy, con la panza vacía
porque hasta la tarde me dan mis chilaquiles
en mole gratinados, mis tostadas de pata,
un postre de cincuenta pesos
y mira, acá estoy, con la panza vacía
porque hasta la tarde me dan mis chilaquiles
en mole gratinados, mis tostadas de pata,
un postre de cincuenta pesos
Hoy –c’est la vie–
paso horas y horas construyendo
los puentes que bombardeé para no encontrarte
paso horas y horas construyendo
los puentes que bombardeé para no encontrarte
Va para eso un par de poemas míos, un pececito de
goma
para tus dientes chuecos
para tus dientes chuecos
Luis Daniel Pulido
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