Hoy
pido perdón a Dios por el traspié al escudero de las niñas buenas,
por enrolarme
al ejército que mataba dragones,
por el
Odiseo poderoso de todas las cosas: linebacker, fullback,
barbaján
Hoy
pido perdón a Dios por el colapso de las torres de arena,
por el
avanzado software de tus manos clavadas en la cruz de madera:
la Mac,
el iTunes, los Gigaflops, el Spotify y aquello de perdónalos
Facebook,
no saben lo que hacen
Hoy
pido perdón a Dios por el círculo académico, el círculo de historias,
el círculo
de mujeres, el círculo de amigos, el círculo de dílers,
el círculo
de Clavijero, Thomas, las Crónicas marcianas,
el rock
nacional
Hoy
pido perdón a Dios por la hiperdemocracia de los likes,
los emoticones;
por los que tienen tomada la correa de los perros
que al
soltarlos van por la sangre, el hombre caído,
el pez
chico que los hace grandes
Hoy
pido perdón a Dios por las ciento tres especies de luchadores sociales,
el mercurio
en las muelas de los que trituran la grasa petrificada
de tus
huesos; por la puerta, siempre abierta, de las redes sociales
Tirar
la piedra: atravesar con un comentario al culpable de la errata
Tirar
la piedra: esa que deja al mundo funcionando entre restos de comida
y
cerveza tirados en un piso que tú no limpias
Luis
Daniel Pulido
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