No fue el destino con su necedad de hacernos enemigos,
que coloca –bufón– las piezas en tableros de arena,
puertas giratorias, escaleras eléctricas
que coloca –bufón– las piezas en tableros de arena,
puertas giratorias, escaleras eléctricas
No fue la llegada del móvil de primera clase,
el enorme dragón de fuego que rodea las ciudades,
el calor que aprieta con todas sus fuerzas
el enorme dragón de fuego que rodea las ciudades,
el calor que aprieta con todas sus fuerzas
No fue el viejo centro de Tuxtla,
las especies endémicas de la zona,
el goce, y el de otras veinte parejas,
bajo el árbol frondoso del jardín botánico,
una noche de tacos en La Forteza
las especies endémicas de la zona,
el goce, y el de otras veinte parejas,
bajo el árbol frondoso del jardín botánico,
una noche de tacos en La Forteza
No fueron los cuadros de honor en la escuela,
la naturaleza totalitaria de los dieces,
la academia platónica que ostentaron
los adolescentes de la clase media,
el rock británico de la época
la naturaleza totalitaria de los dieces,
la academia platónica que ostentaron
los adolescentes de la clase media,
el rock británico de la época
Eres tú, menor quince años que yo,
con las vitaminas y los minerales
y aislada (con audífonos) escuchando
canciones de una radio independiente;
soy yo demoliendo hoteles, abriendo pista,
agregando capítulos a otro Sábado por la noche,
libaneses que me enseñaron el arte de la guerra
con las vitaminas y los minerales
y aislada (con audífonos) escuchando
canciones de una radio independiente;
soy yo demoliendo hoteles, abriendo pista,
agregando capítulos a otro Sábado por la noche,
libaneses que me enseñaron el arte de la guerra
Eres tú desobligada de las cifras
y los largos caminos de regreso a casa,
de las canciones que llegaron para quedarse,
de las precisiones y las instrucciones a seguir,
el lucro y el descrédito de las administraciones culturales
y los largos caminos de regreso a casa,
de las canciones que llegaron para quedarse,
de las precisiones y las instrucciones a seguir,
el lucro y el descrédito de las administraciones culturales
Fueron cosas más sencillas: los mundiales de futbol,
la toalla en el rostro, la mitad de hamburguesa que me corresponde,
los días lluviosos y tristes que toco a tu puerta
la toalla en el rostro, la mitad de hamburguesa que me corresponde,
los días lluviosos y tristes que toco a tu puerta
Luis Daniel Pulido
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