Ella,
fiel a su círculo de creadores,
habló
de la importancia de los medios,
del
Arte y lo profundo del término,
de la
acción social en la poesía
y el
dobladillo y las canciones
de
Fito Páez
Expulsó
de su silencio seres milenarios
y
odiaba con todas sus fuerzas las instituciones culturales;
ella
era un espíritu libre,
el
mismísimo espejo del Arte
Demasiada
espiritualidad,
demasiada
comuna igualitaria
–pensé
antes de pedirle un beso–
en esa
tierra de verduras y montañas rusas
y cero
carne asada y filetes a la plancha
Ella
hizo una protesta
(bueno,
varias)
contra
trasnacionales,
el
modelo de belleza europeo,
el
hábil ratón capitalista,
las
operaciones militares en Medio Oriente,
los Altos
de Chiapas,
y en Hollywood, La Raza y muchos más
Ella,
fiel a su círculo de creadores,
me
dijo: “no te volveré a hablar hombre malo
que
mata vaca para comérsela en tacos”,
y se
fue a vivir a Tepoztlán
y
fundó un colectivo al que puso Asepsia
que
limpia el pecado del mundo,
la
sangre de los Conquistadores,
el Río
Bravo en la frontera,
el
heteropatriarcado y lo que más odia:
la
temporada de futbol americano
Yo,
hombre de buen corazón,
le
deseé suerte y me fui a cenar
–no me
vaya a poner triste–
mi hamburguesa
gigante
Luis Daniel Pulido
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