Me es difícil entender
algunas cosas:
una epidemia de tropas, el plasma de palacios en la arena,
por qué no puedo estar a
tu lado.
Que así como hubo
conquistas de César y Augusto,
sinónimos germánicos que
abarcan el soccer,
hay esperanza y la
esperanza –no tiene por qué– es dramática,
palpitante a cada segundo;
y hablo de hoy, no como otras veces:
en mi crítica al país de
los malos, en mi solidaridad con los palestinos,
en el Bosque de Colomos.
Te extraño y aunque me
hablas y estás pendiente de mis avances,
he dejado de ver la poesía
como lienzo, pared del cuarto,
circuito de Fórmula Uno.
No me importa el
compromiso con el arte,
si esto es sólo un estado
de ánimo,
el golpe que sufraga ausencias y me hace
responsable.
Sólo sé que Te amo, y a
estas palabras remito mi Historia.
Luis
Daniel Pulido
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