miércoles, 7 de mayo de 2014

UN DÍA DESPUÉS DE DERROTAR SÚPER VILLANOS


Empezamos algo  –un tercio de avenidas del Caribe mexicano,
cargos a la tarjeta de crédito, oleajes en dos superficies: la tuya, la mía–;
dejamos pistas, enormes barcos anclados, el aire seco del desierto;
dejamos viejas lámparas de petróleo, éramos piratas

Empezamos esto –el amor es una iluminación sin contrastes–
con un beso en la mejilla, con canciones de Bruce Springteen,
como La dama y el vagabundo

Empezamos y hay quien piensa –todavía– que una casa
se mide en metros cuadrados y no en los sorbos a la sopa caliente,
en los niños que duermen

Luis Daniel Pulido


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