A Marina
La
vida es incidental, se diluye y en su caída,
irónico,
puede ser edificante aunque ésta sea
un parpadeo,
un astronauta desprotegido,
una mirada
triste con sus fuerzas móviles
de exterminio,
ojos que se abren y se cierran
y no
sacan provecho de nada, incluso del miedo
que da
la palabra “cáncer” y nos atrincheremos,
de inmediato,
en la última página de un libro
de Auster
o Toscana o bien en el potentísimo
Dvd de
Slayer en vivo
Nada
cambia, quisiera decir, pero mentiría;
se escucha
cómo Dios engulle la sopa
de
la mesa sin ser invitado y me declara la guerra,
mordaz,
silencioso, insolente
Yo
no volteo a verlo; que otros se avienten por Él,
que otros
se adhieran como moscas a su luz,
a sus
camilleros y héroes solitarios,
que otros
permitan su paso por la Tierra
Y
aquí los pendientes, los “hubieras”, las Cruzadas para forjar este Imperio
que
se derrumba y me hace borrar con los pies líneas de batalla
como
si la profunda tristeza me hiciera un bombardero suicida,
el
hombre en el sofá que fuma y calla y no escucha por cierta parálisis
visual
y auditiva a causa de un disparo que no sé de dónde vino
Propósitos,
muchos (siempre hago las cosas como si tuviera miles
de ases
en la manga) arcos sin flechas, paraguas,
Mevlana Müzesi
e infinitos
campos de trigo
Marina……
Luis
Daniel Pulido
5,
octubre, 2012
3 comentarios:
Vívenos siempre y haznos el amor todas las noches, todas ¡TODAS!
Te amooooooooo!!!!
Guapo tú, guapa ella
Besos
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