En algún momento
–y eso fue ayer–
sabía que llegarían tropiezos y topes.
Algunos por la arena en los ojos
de tu anterior universidad,
otros porque te faltan palabras,
déspotas de la ortografía y el diccionario
Sé que das vueltas a una repuesta
a medias en un papel lleno de alfileres,
que separas los dedos sobre lo irritable
que pueden llegar a ser las letras:
fracturadas, sin futuro y sin plan ortopédico.
En algún momento
–y eso fue ayer–
pido que esto te haga más fuerte,
que las mariposas del diseño gráfico
y los dobladillos perfectos de tu falda
sean parte importante del arte contemporáneo.
Nada nos obliga a estudiar,
a viajar, a leer.
Nada nos obliga a retirarnos
de los frutos de la inteligencia
tras un escudo de defensa antimisiles.
Nada.
Pero regreso al amor
y enumero las veces
que un poema mío
fue puntual a congresos
donde la palabra
era el único amigo fiable.
Y por eso te escribo poemas
que no tienen problema alguno
en ser garaje o alacena:
el lobo que hace aauuuuuuu,
el gato esponjoso al que le piso la cola,
estampita sin bacterias, ajonjolí de cocoles,
tu cajita de sorpresas.
–y eso fue ayer–
sabía que llegarían tropiezos y topes.
Algunos por la arena en los ojos
de tu anterior universidad,
otros porque te faltan palabras,
déspotas de la ortografía y el diccionario
Sé que das vueltas a una repuesta
a medias en un papel lleno de alfileres,
que separas los dedos sobre lo irritable
que pueden llegar a ser las letras:
fracturadas, sin futuro y sin plan ortopédico.
En algún momento
–y eso fue ayer–
pido que esto te haga más fuerte,
que las mariposas del diseño gráfico
y los dobladillos perfectos de tu falda
sean parte importante del arte contemporáneo.
Nada nos obliga a estudiar,
a viajar, a leer.
Nada nos obliga a retirarnos
de los frutos de la inteligencia
tras un escudo de defensa antimisiles.
Nada.
Pero regreso al amor
y enumero las veces
que un poema mío
fue puntual a congresos
donde la palabra
era el único amigo fiable.
Y por eso te escribo poemas
que no tienen problema alguno
en ser garaje o alacena:
el lobo que hace aauuuuuuu,
el gato esponjoso al que le piso la cola,
estampita sin bacterias, ajonjolí de cocoles,
tu cajita de sorpresas.
6 comentarios:
Y porque no existe poesía sin un hombre con manos fuertes, como las tuyas, cariño
tú eres la cajita de sorpresas, mi niño travieso, los mejores momentos de mi vida
Te quiero!!!
Y por eso te escribo poemas
que no tienen problema alguno
en ser garaje o alacena:
el lobo que hace aauuuuuuu,
el gato esponjoso al que le piso la cola,
estampita sin bacterias, ajonjolí de cocoles,
tu cajita de sorpresas
Ese eres tú, Chincho!!!
Besos
me gusta cómo escribes =0
eres la mano que se desliza en mi cintura....
Eres increíblemente tierno y honesto
Diana:
Es mi dieta rica en quesito, je
Cariño
Lolita:
Gracias...le eché muchas ganas, ¿no crees?
Besos
Mariana:
Me gusta que me acompañes en los coros, me gusta....
Gracias por cantar conmigo
Besos
Nicole:
Uhhhhhh! Y qué cintura!!
Besos
Yuri:
Gracias. Eres muy bonita y muy amable conmigo
Besos
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