A Miss Kafka, por el planeta de sonrisas. Gracias
Me hubiese gustado topar de frente
a los apurados visitantes del Louvre,
entender por qué eras el blanco de los mirones
si tu falda no fue diseñada por el genio de moda,
si tu blusa no era parte de las mesetas de Suabia y Baviera
y tus ojos –ocupados más por el arte y la ciencia-
apenas miraban los pequeños algodones de polvo
suspendidos en la luz: alfabeto de luna nueva
de ojos que mueren de sueño y hacen diferencia
en la terminal de autobuses o en los aeropuertos
donde volar es una actividad extra
Estrechar tu mano y escribir un mail juntos
a Eduardo “hay cosas peores que dos poetas
intercambiando teléfonos en el Palacio de Minería.
Mentimos.”; o quizá solo “Se suicidó, otra vez, Marina
Tsvietáieva”
Sentarme junto a ti a esperar que nos confundan
con atletas olímpicos, calles vacías, ciudades anónimas,
habitaciones deshabitadas
No salir en pos de nada,
escribir poemas sobre la luz del desierto:
ruido de un recién nacido atado al hilo
del sol que sale por las mañanas
y borra mis huellas
*39 son los años que tengo, pequeña Miss Kafka
a los apurados visitantes del Louvre,
entender por qué eras el blanco de los mirones
si tu falda no fue diseñada por el genio de moda,
si tu blusa no era parte de las mesetas de Suabia y Baviera
y tus ojos –ocupados más por el arte y la ciencia-
apenas miraban los pequeños algodones de polvo
suspendidos en la luz: alfabeto de luna nueva
de ojos que mueren de sueño y hacen diferencia
en la terminal de autobuses o en los aeropuertos
donde volar es una actividad extra
Estrechar tu mano y escribir un mail juntos
a Eduardo “hay cosas peores que dos poetas
intercambiando teléfonos en el Palacio de Minería.
Mentimos.”; o quizá solo “Se suicidó, otra vez, Marina
Tsvietáieva”
Sentarme junto a ti a esperar que nos confundan
con atletas olímpicos, calles vacías, ciudades anónimas,
habitaciones deshabitadas
No salir en pos de nada,
escribir poemas sobre la luz del desierto:
ruido de un recién nacido atado al hilo
del sol que sale por las mañanas
y borra mis huellas
*39 son los años que tengo, pequeña Miss Kafka
7 comentarios:
a los 39 y aun tan joven
Besos
Ha sido tanta tu búsqueda desde que te conocemos, Clau y yo, y vemos cómo extrañas y necesitas una familia allá, porque en Gunatos la tienes pero sabemos que no vas a abandonar a tu mami, que tanto te necesita
Sabemos en cada poema tu historia y que a veces, sí a Clau y a mí, se nos rompe el corazón, pero al mismo tiempo nos contagias de tus ganas de vivir, de no caerte, de sonreír como solo tú lo haces y que eso sea el mejor de tus poemas
Te queremos mucho y te extrañamos
Besos, besos
Cuántos aeropuertos sin ti
t.q.m.
Es cierto que nadie sonríe como tú
Es cierto que nadie come las galletas como tú
Es cierto que a todas no has regalada los momentos más bonitos de la vida
Es cierto, es cierto pero ¿por qué estoy llorando a tu lado, en tu hombro, tras tu sombra?
Cuídate, siempre
MI GUARDAESPALDAS PECHOCHO, JA
BESOS
Yuri:
Y sereno
Cati:
Aprecio mucho lo que dices
Cuídense. Pronto nos veremos
Besos, besos
Clau:
En efecto, cuántos sin ti
Te quiero
Alejandra:
Aunado a los días fríos y nublados, uno extraña regresar a casa, donde quiera que ésta se encuentre
Beso y abrazo grande
Marina:
Ys sábanas paquetes de hule loco
Besos
-No es que se me hayan acabo las palabras ni los gracias, es simplemente hermoso, conmovedor y triste (todo al mismo tiempo).
39 y Cachito no son nada!
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