miércoles, 3 de febrero de 2010

QUE OTRO PAGUE LA CUENTA (QUE ME ESTOY ENAMORANDO)*


Para la muchacha bonita que escribió una excelente tesis sobre las obras de teatro de Héctor Cortés y que llegó a la reunión de las doce del día el pasado martes a la cafetería Relax de Tuxtla Gutiérrez


No sé si te vuelva a ver,
si en tres segundos sea tu esposo
fusilado en Siberia o Los Andes;
y tú, viuda, durante un tiempo,
escribas tesis sobre Héctor
mientras cumples arresto domiciliario
por el gran amor a Luis Daniel Pulido
cuando tenía veintiún años

Ojalá tu mamá se recupere
del infarto y todo sea hemoglobina
de la buena, oxígeno del Caribe
para las células, paraguas de acero
contra todas las infecciones respiratorias

No sé si te vuelva a ver,
si estos remolinos en cada extremo
de la balanza equilibran lo que dice
Ortega y Gasset y te hagan pensar
que de Yajalón es Pancho Villa,
el bipedismo de los canguros
de jugar rugby en Australia,
y los muchachos con gafas
del razonamiento matemático
de Einstein y Newton

Hoy Thomas Lee paga la cuenta
y pasan los días y yo te extraño

*Poema escrito escuchando el cd Big Whisky & Th GrooGrux King de Dave Matthews Band, regalo de Karen Kawakabu

6 comentarios:

ana claudia dijo...

Ahhh, enamorado y baquetón, dos posturas encantadoras de quien es siempre un escritor travieso

Besos

LoLiTa dijo...

O sea que tu te enamoras y el profesor paga la cuenta ¡Que descaro!

Pero no importa, te quiero

Karen Kawakabu dijo...

Discazo, o no Luis Daniel?

En Zacatecas tus poemas me acompañan todo el día, solo me falta en cafecito chiapaneco

Besos

luis daniel pulido dijo...

Claudia:

Soy Pedrito Infante en persona,ni más no menos

Besos

Lolita:

Tienes cara de bolita. Buena onda todos los presentes, te lo juro

Besos

Karen:

Gracias por el disco, y si a ti te hace falta el cafecito chiapaneco, a mi me haces falta tú (aunque no lo creas)

Besos

Diana Vanessa Buscaglia Rodríguez dijo...

Acá reportándome, desde Monterrey, para que no me lo fusilen, hombre

Besos

Karen Kawakabu dijo...

Pues no, no te creo, cabrón mujeriego