A mi amigo (también) Boddah
A la Lolita, desnuda y temperamental
No quiero anunciar mi muerte,
referirme a ella como quien diseña un cartel
y revisa hasta la madrugada los últimos detalles:
corregirle, pues, su rostro de madre dominante
en una carta póstuma, en pesadillas que floten
dentro de envases de plástico como coágulos
de mentol asoleándose en una misma bocanada
de basura pestilente
No quiero decirte “cariño, me voy al infierno”
sin tenerle miedo al ridículo
y que de un momento a otro
el síndrome del niño solitario
sea mi principal elemento de destrucción
y no las ganas que les tengo a las Del Valle
Que si lo hago, al menos,
me adentre a ella con propiedad
y no por la idea burguesa de Courtney
o por la ansiedad del vapor saliendo
de la cafetera
Quiero morirme, es cierto,
pero no desde el testimonio
de un pequeño pueblo,
llámese este Orizaba o Aberdeen;
tomar la decisión sin que se sumen
a la bala que atravesará mi cabeza
ni un solo socio comercial de los que dicen
son grandes poemas
Pero sobre todo,
no oler a sangre
sino a plátano frito
Y lanzarme al vacío
El paracaídas es una jorobita
evidente que de vez en cuando
salva vidas
referirme a ella como quien diseña un cartel
y revisa hasta la madrugada los últimos detalles:
corregirle, pues, su rostro de madre dominante
en una carta póstuma, en pesadillas que floten
dentro de envases de plástico como coágulos
de mentol asoleándose en una misma bocanada
de basura pestilente
No quiero decirte “cariño, me voy al infierno”
sin tenerle miedo al ridículo
y que de un momento a otro
el síndrome del niño solitario
sea mi principal elemento de destrucción
y no las ganas que les tengo a las Del Valle
Que si lo hago, al menos,
me adentre a ella con propiedad
y no por la idea burguesa de Courtney
o por la ansiedad del vapor saliendo
de la cafetera
Quiero morirme, es cierto,
pero no desde el testimonio
de un pequeño pueblo,
llámese este Orizaba o Aberdeen;
tomar la decisión sin que se sumen
a la bala que atravesará mi cabeza
ni un solo socio comercial de los que dicen
son grandes poemas
Pero sobre todo,
no oler a sangre
sino a plátano frito
Y lanzarme al vacío
El paracaídas es una jorobita
evidente que de vez en cuando
salva vidas
7 comentarios:
¡¡Diablos!! No sólo quiero arrancarte el corazón, también tu cabeza...¿De dónde sacas esas ideas, esos planteamientos?
No, no te mueras nunca
Besos
Yo nunca dejo en casa la jorobita
Besos
Alejandra:
Pero sin cabeza, de seguro muero; pero quizá Tim Burton filme mi vida. Estaría chido, ¿no?
Besos
Nicole:
Qué buena idea. Todos por un mundo de jorobaditos y whisky en las rocas. He dicho.
Besos, besos
Compadre:
Pero si usted es la pura vida. Ahí me manda un poema de esos para conquistar norteñotas, ya sabe, por pago por evento
Un abrazo
Querido Luis Daniel:
Te leo, y entre el humor y tu filosofía, la vida se me va pensando en todas esas cosas tremendas que haces y nos cuentas.
Va para ti un beso suave y tierno
Compadre:
Hecho, yo sé de qué me habla. Vamos por HBO
Un abrazo
Yuri:
Gracias por pensar en mí, por compartir este "plan de volumen brutal".
Lo mejor: ese beso tuyo que sube y sube como espuma de choco milk
y lanzarse en paracaídas con los ojos cerrados antes de despertar.
Un beso.
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