¿Cómo se construye una persona buena? ¿En el lento avance del agua cuando cierro los ojos y sueño con eso; en una forma de vida moderada: un caracol bajo la lluvia, por ejemplo? ¿En y con Kierkegaard y su libro Los lirios del campo, las aves del cielo? ¿Rezando, orando? ¿O como hace unos años, solo, luchando, solo, contra la cocaína y los flashbacks que me ubicaban en una escuela con otros niños corriendo tras una pelota? ¿En la promesa –tan humana, por cierto, de no volver hacerlo? Y hacerlo. Y ver cómo ese mundo, tan ajeno, se desmoronaba. ¿En los perros y su dolorosa agonía por el abandono y la crueldad –ese despeñadero donde caemos todos? ¿En el juego diferido de la NFL cuando sólo había una tele? ¿En las manos de mi madre sobre mi rostro perdonándome todos mis pecados? ¿En las mismas manos de mi madre donde corrieron los galgos oscuros de la muerte tras la presa: un hombre que se devoraba a sí mismo? ¿En legítima defensa: exigiendo la ternura de los gatitos recién nacidos? Extraño ser el niño que fui apenas hace unos años.
Luis Daniel Pulido

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