Creo –el albedrío es un albatros,
un garabato, un niño eufórico–
que Tim Burton es el hombre
No tengo nada que hacer –pienso,
igual unos goggles flotan en el agua,
le doy una lechuga a una tortuga,
apago las luces
Creo –pasa mi vida entera
en una estrella fugaz,
pongo mi canción favorita–
que Tim Burton es el hombre
más feliz del mundo
Eso –me digo a mí mismo–
no detiene la violencia,
ni el ketorolako el dolor de muelas,
ni da un plato de sopa al niño
que muere de frío
La felicidad es el pez escurridizo
de las luces en el piso,
un dedo de la mano amarrado
a un globo aerostático,
mis ojos cerrados
Creo –los aplausos se apagan,
la gente cierra sus puertas,
mi perro me mueve la cola,
que Tim Burton es el hombre
más feliz del mundo
Luis Daniel Pulido
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