Porque tenemos
un montón de cosas que contarnos
y ya no estás y sigo en medio de este ruido
o sombra o mojarra frita
[Nunca hay un Wittgenstein en un pueblo mágico]
Porque esta soledad ya no es la luz
que sube a la calle a las seis de la tarde
Es la tierra sin muros ni senderos
ni centros de laberintos,
es lo que cae y a veces es un pájaro muerto,
el cometa de luz que se desintegra
Que esta es la tristeza —me dicen,
sometida al plomo de los días:
caminar de regreso a casa solo,
una, dos, tres, diez, mil veces
para acomodar la almohada
como se hace con un desierto,
las constelaciones
En espera de la mordida de la serpiente
El sueño profundo de las canciones tristes
Luis Daniel Pulido
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