lunes, 9 de diciembre de 2019

MEMORIAS DEL SEÑOR ROCK AND ROLL





En aquellos años un farolito de gas
bastaba para leer –no necesitábamos
metrópolis modernas que nos iluminaran de afuera–,
niños que salían de la tierra instantes después de comprar
Kalimán o ver La Vista de Delft

Los caminos eran todos los horizontes del mundo,
y el mediodía no era la bestia que hoy cae sobre tu cabeza
¿Y las bebidas hidratantes?
agua de la llave y el tenso girasol y la libélula

No hubo clásicos de la ópera,
la Prima le parole de los poetas de la Ciudad de México;
los coros de aire puro se extinguieron con la muerte de Jun’ichiro
–a quien leíamos– y un amigo –capo en eso de caminar el inframundo maya– escuchaba un cassette de  Motorhead

Y todo, como Rilke, entre los ángeles

Mónica –ahora sé que ese es su nombre–
deja agua a los Tigres de Bengala

Luis Daniel Pulido

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