Foto: Tapacholos
Me
despierto y pienso en ti,
en el efecto dominó cuando cruzas las piernas
y sesenta hombres caen y yo –Kunsthaus, Kanazawa–
sigo de pie resarciendo las migajitas del pan tostado
antes de que –por nostalgia o tristeza, no sé–
se conviertan en el escorpión de nubes que tras el primer
rayo ilumina una ciudad tras otra hasta llegar a puestos
de comida o centros comerciales donde la medianoche
te nombra al mismo tiempo que increpo al cielo leyendo
poemas de José Eugenio Sánchez.
No puedo construir torres en Socoltenango,
no puedo declarar la paz o la guerra
donde la caída del hombre no es ruptura,
sino “cultura” de padres a hijos.
Soy una nota de venta, quizá; un hombre que no duda
en amar en la depresión, la oscuridad, la melancolía.
Me levanto y pienso en ti, en lo triste que es saber
que en tu pueblo no hay volcanes recubiertos de nieve
y Abraham sacrifica a sus hijos bajo el signo de onegés
y nada es sutil e íntimo como las lágrimas o el nudo
en la garganta
Luis Daniel Pulido
1 comentario:
y Abraham sacrifica a sus hijos bajo el signo de onegés
y nada es sutil e íntimo como las lágrimas o el nudo
en la garganta!!!
Eso es Chiapas, cariño
Besos!!
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