domingo, 1 de julio de 2012

UN HOMBRE TRISTE ES TAMBIÉN UN HOMBRE LIBRE


Mi país, el que amo, está en el restaurante de la esquina,
es el archivo de un crimen pasional; es una mujer elegante
que cabalga y a la que le grito que la deseo y hace que revoloteen
cisnes, patos y gaviotas en el gran lago de mis ojos tristes

Mi país no tiene la tipografía dibujada de un himno
que saca de entre sus ropas coritos de héroes que no existen;
es un gesto un puño en la cara, el resto relaciones casuales
con el alcohol y la cocaína: el hilo de Ariadna, el desnudo
de una cubanita que aún parece caminar sobre delgadas tablas
de agua salada y me calienta el cuerpo y hace que erija veintiséis
columnas de semen en su boca rosada

Mi país no es una columna vertebral de periodistas estúpidos,
el fuego que amenaza con extinguir bosques, selvas, hijos de puta
que se sientan a la derecha de dios padre; es la carita asustada
de un niño que juega su primer juego de futbol soccer y mastica
semillitas de calabaza y escupe al césped como lo hacen los hombres
que tararean –en señal de fuerza– canciones de heavy metal

Mi país no es un estanque financiero, sombra de identidades
patrióticas, acaso delinea geografías en busca de playas y costas,
barcos que no buscan la gloria y sí colegialas de tetitas blancas
que besen mi rostro cada vez que me afeito y me digan
que nuestra patria es la luz que se cuela en las persianas
de moteles a paso de carretera

Luis Daniel Pulido

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México. Domingo 1 de julio, 2012

Fotos: Laura Arrieta


3 comentarios:

marianatrenz dijo...

Grande, sos grande!!!

Besos

LoLiTa dijo...

Cariño, es un gran poema. Como quisiera abrazarte, llebarte de besos...!!!!

cati covarrubias dijo...

Escucho a Interpol, te leo y te extraño

Besos

Este poema me noqueò....