Fumabas y olías a té.
-Voy al súper- mentiste.
Y no se trataba de que faltara algo,
sino de remordimientos que te tomaban
por descuido y te hacían pensar en tu esposo,
en tus hijos, en las puertas de servicio
de tu matrimonio donde se te exige
el desayuno y la vitamina de los niños
Pero ni tú ni yo terminamos nada,
ni pusimos en riesgo los 1. 7 millones
de amantes que sí deciden jugarse la vida
gestando en sus entrañas la más dulce llovizna
Hoy –triste por los habitantes desterrados
de los moteles- no dejo de mirar tu lencería
y su eclipse de seda: las mariposas
que revolotean en la superficie lunar,
en el epicentro de lo que duele
y no sirve de nada
Posiblemente este amor
no vale lo mismo al vestirnos,
y tú ante los ojos de tus amigos
-pseudoescritores y sanguijuelas-
volverás a ser la esposa inmaculada,
segura de que no extraviarás monedas
para tu amante en el Mixup,
o en librerías donde aprendimos a contener
la respiración a altas horas de la noche
para derrumbar la ciudad al meter
mis dedos en tu pantaleta con la determinación
de quien labra en olas el hierro de nuestros nombres
Allá tú, yo tengo la sangre suficiente
y los escenarios perfectos para disparar
a matar e incendiar el zeppelin en señal
de que jamás volveré a caer
-Voy al súper- mentiste.
Y no se trataba de que faltara algo,
sino de remordimientos que te tomaban
por descuido y te hacían pensar en tu esposo,
en tus hijos, en las puertas de servicio
de tu matrimonio donde se te exige
el desayuno y la vitamina de los niños
Pero ni tú ni yo terminamos nada,
ni pusimos en riesgo los 1. 7 millones
de amantes que sí deciden jugarse la vida
gestando en sus entrañas la más dulce llovizna
Hoy –triste por los habitantes desterrados
de los moteles- no dejo de mirar tu lencería
y su eclipse de seda: las mariposas
que revolotean en la superficie lunar,
en el epicentro de lo que duele
y no sirve de nada
Posiblemente este amor
no vale lo mismo al vestirnos,
y tú ante los ojos de tus amigos
-pseudoescritores y sanguijuelas-
volverás a ser la esposa inmaculada,
segura de que no extraviarás monedas
para tu amante en el Mixup,
o en librerías donde aprendimos a contener
la respiración a altas horas de la noche
para derrumbar la ciudad al meter
mis dedos en tu pantaleta con la determinación
de quien labra en olas el hierro de nuestros nombres
Allá tú, yo tengo la sangre suficiente
y los escenarios perfectos para disparar
a matar e incendiar el zeppelin en señal
de que jamás volveré a caer
10 comentarios:
Ay, Luis Daniel, qué pasión, uf
No sé, quizá este poema sea triste, pero tiene un calorcito rico, de esos que provocan que uno quiera tener un amante, en estos momentos, haciendome el amor y no pidiéndome un pinche fax
Te quiero
El amor, ese oscuro objeto del deseo
Besos
Un hombre sin pasión, es un hombre muerto
Besos
Alejandra:
Es sólo rock and roll
Loliux:
Ya te dije: manda al carajo el trabajo e invitame a Cancún
Te quiero
Karen:
Pero nada que no se resuelva con una lamparita de mano
Besos
Yuri:
Y los muertos no caminan
Highway to hell
Highway to hell
Besos
Yo también te quiero mucho, y no olvides que siempre tendrás mis brazos abiertos, cuando tú así lo dispongas
Cuídate
Si de abrir los brazos se trata, los mìos son las mas calientitos
Besos
Estimado Luis Daniel:
En medio de tanto abrazo, te dejo el enlace de Sara, aquella chica que dejó sin ciudad a Caro Quintero, 24 años después.
http://www.gentebien.com.mx/Aspx/EventoDetalle.aspx?id=933&Idphoto=15838&p=0
Y sí, la Chiquitiguau me cruza de vez en cuando entre una neurona y otra.
10-4
Mariana:
Gracias, yo tengo siempre presente eso
Besos
Cati:
Claro,cómo olvidarlo
Besos
Estimado Capitán Jack:
Ya la vi, y conserva el brillo de sus ojos tapatíos, pero está muy flaquita. También le vi un poco su piernita.
Y la chiquitigua, según supe, vive en Los Ángeles y se dedica al doblaje...de películas, claro
Un abrazo
10-4
Intenso, muy intenso
Besos
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