A Cindy Del Valle
No tenías porque mentirme,
quitarme tus besos de mis labios,
pensar que entiendo
y que igual me da tu disculpa
o escribir sobre barcos en el puerto
Hablarme de canciones
extrañas e impredecibles,
acordes que me dieron
el tiro de gracia
No tenías que prometerme
un lugar donde vivir,
hijos que como manantiales
saldrían de entre un montón
de piedras
Flores para mi llanto,
flores para los muertos
Este sueño de quedarme
contigo en la recámara,
de enseñarte a empuñar un arma
no sólo como un acto de defensa personal,
sino para que sepas disparar contra las prácticas
utópicas de los poetas
No tenías porque mentirme,
desnudarte para fomento
de la actividad productiva
de un libro que no escribiremos
No tenías que agregar
a tus demandas mi silencio,
pagar mi deuda a Banamex,
la zozobra cotidiana,
el par de colmillos de tu boda
que no te permite los cuarenta
y tantos moteles clandestinos
pero que me desangran
en esta especie de dolor y drama
Cierta lágrima hipócrita
por el árido sendero de mis córneas,
donde el hecho de que algún día
no amanezca -me dices al oído-
te aterra
quitarme tus besos de mis labios,
pensar que entiendo
y que igual me da tu disculpa
o escribir sobre barcos en el puerto
Hablarme de canciones
extrañas e impredecibles,
acordes que me dieron
el tiro de gracia
No tenías que prometerme
un lugar donde vivir,
hijos que como manantiales
saldrían de entre un montón
de piedras
Flores para mi llanto,
flores para los muertos
Este sueño de quedarme
contigo en la recámara,
de enseñarte a empuñar un arma
no sólo como un acto de defensa personal,
sino para que sepas disparar contra las prácticas
utópicas de los poetas
No tenías porque mentirme,
desnudarte para fomento
de la actividad productiva
de un libro que no escribiremos
No tenías que agregar
a tus demandas mi silencio,
pagar mi deuda a Banamex,
la zozobra cotidiana,
el par de colmillos de tu boda
que no te permite los cuarenta
y tantos moteles clandestinos
pero que me desangran
en esta especie de dolor y drama
Cierta lágrima hipócrita
por el árido sendero de mis córneas,
donde el hecho de que algún día
no amanezca -me dices al oído-
te aterra
10 comentarios:
Pinche Luis Daniel, págame este dolor con orgasmos
Daniel:
Por ti yo también mentiría, y todo por ser amantes y fugitivos
Luis Daniel:
"Tenemos urgencias, amores que matan", canta Sabina
Y yo el grito en el cielo
Besos
Mi novio, que se decía tu amigo, no soportó que hablara de ti todos los días. Es posible que estos amores prohibidos no nos lleven a nada, pero algo tienen de rico, de sabroso ¿No crees?
Ay mi buen Pulido.
Algo hay de oda en toda buena elegía.
Disculpe, he leído mucha novela épica últimamente y su poema me ha despertado a una serie de pensamientos que igual no se relacionan con nada de lo todo que dice.
Y sin embargo, he sentido mucho este poema en especial, quizá porque en las complicidades es donde se entiende mejor el sentir del prójimo.
Yo sólo sé que todos empuñamos un revólver con sus seis cargas intactas, con un nombre labrado en cada una de las balas, y sólo por mujeres valientes lanza uno los disparos en medio de la oscuridad.
Reciba un fuerte abrazo, ya va siendo hora de que nos veamos.
No hay un modo
no hay un punto exacto
te doy todo
y siempre guardo algo
Si estás oculta
como sabré quien eres
me amas a obscuras
duermes envuelta en redes
Signos
mi parte insegura
bajo una luna hostil
signos, oh
(Gustavo Cerati)
Lalalá!!!
Me hiciste llorar...
¡Que se mueran los pinches novios celosos, los pinches esposos celosos!
El adulterio en las mujeres es bendito
Besos
hace falta más de una bomba de hidrógeno para matar poetas utópicos y versos alejandrinos.
saludos!
y yo estoy ciega en Tuxtla....
y me enferma mi ceguera... y... mejor olvidarlo...
Gracias por recordar lo que hay que olvidar...
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