miércoles, 26 de junio de 2019

MOTLEY CRUE




Los Motley Crue no hicieron rock preciosista, sus terrenos de composición son áridos. Y la cartografía de sus discos tampoco coincide con las dimensiones de las grandes bandas, las que seguro escuchan los más cultos.

Los polvos de sus lodos son los polvos de mis lodos, de cuando en la secundaria, aun sacando dieces, renuncié a la suma de avatares, a la mórbida masa de generaciones y generaciones.

Con los años, eso sí, escuché más bandas, las preciosistas, y leí libros que nunca hubiera leído. La cocaína me arropó con su temperatura ambiente (ah) hasta que sudoroso y congestionado desperté en los brazos de mi madre. Y escribí poesía.

La vida, ya limpio, te exige protagonismo y publiqué libros. Y me reuní con las personas de aquéllos años. La niña más bonita aún lo era, pero –como si hubiera estado por años encerrada en una mazmorra– expuso temas elementales y palabras básicas. De los otros, se requirieron encender todas las luces de la memoria para reconocerlos. Pero las apagué.

Yo sigo vivo. Mi madre murió. Y la soledad tiene largas costas de playa que camino.

Y sólo perdí un ojo en la batalla.

Luis Daniel Pulido

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