He
decidido no echar la ropa sucia
en
la canasta,
cerrar
los ojos (y los libros) en el sofá
reclinable,
no
preocuparme si se me olvidan las cosas
a
mitad de la escalera, camino a casa,
en
el abominable cine de catorce salas
remedo
–número aproximado–
de
seiscientas gentes con el derecho
elemental
(muy elemental) a divertirse
Ser
el flashback de una vieja serie
estadounidense,
un
vago a las afueras de París,
un
rey en Zimbawe, la tierra
de
un rojo planeta,
el
niño que a mitad del pasillo
igual
cita Steibeck o a canta
a Soundgarden
He
decidido no acomodar
los
espejos laterales del auto
–yo
no manejo, soy ciego–,
y hablar
de temas que aticen con gracia
los
roles sociales,
una
bien enmarcada literatura
cuando
se haga de noche
y los
altares a Dios se enciendan
y un
hombre en Londres o Pakistán
o Chechenia
explote en pedazos
y se
estrelle en tu rostro una esquirla
de
carne: el ojo de un hombre
de
cincuenta y dos años
Hasta
aquí mi poema humanista,
la
scort toca a la puerta
Luis
Daniel Pulido
*Del
libro BAXTER MEMORIES (VIDA Y OBRA DE VÍCTOR VON DOOM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario