La
juventud es una pared anaranjada,
las porterías
oxidadas de tu barrio,
la canasta
de básquet inédita en las líneas
no traducidas
del The Jolly Corner;
cuando
me escribes y me cuentas que las margaritas
se marchitan,
que te duelen hasta los parpadeos más coquetos,
que
esta ciudad no es una lámpara mágica, un pandero,
una
almohada, ramitos de albahaca, hadas que lean
a un
tal Milan Kundera
La
juventud –esa que se me va a Perm a las 6:40
o a
las doce de la noche– pinta en los muros The Wall
o “no
le creas a Krauze a los boleros al conteo mesurado
de sílabas”
Son
estas ganas de vivir otro poquito,
darle
de comer a las palomas,
adoptar
un poodle, un gato, un dinosaurio:
Dejar
la bala para otro día
Luis
Daniel Pulido
22/08/13
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Méx
4 comentarios:
Nada de balas
Contigo, leyendote, quriendote mucho
Cuando escribes así tan tierno tan meláncolico tan pollito tan Luis Daniel me matas!!!
Lindo, escribíme una canción
Hey donde estarán ahora nuestros colores que nos hicieron volar
Te quiero
Publicar un comentario