Salíamos a caminar después del amor,
a deshoras; olías a vodka y llevabas
en tu vientre un poco de mi sangre
y no sé si era un bebé, un enemigo caído,
la noche que de golpe nos colocaba,
otra vez, en los pasillos del deseo.
Así pasabas otro día sin llegar a casa:
jugábamos al ilusionista, a no decirles a tus padres
a deshoras; olías a vodka y llevabas
en tu vientre un poco de mi sangre
y no sé si era un bebé, un enemigo caído,
la noche que de golpe nos colocaba,
otra vez, en los pasillos del deseo.
Así pasabas otro día sin llegar a casa:
jugábamos al ilusionista, a no decirles a tus padres
que éramos
amantes, fugitivos de fiestas infantiles,
quienes cortan
manzanas en la luz apagada de los hoteles.Antes del amor –coincidíamos– desdoblar
cuidadosamente las sábanas, erguir el fuego,
soplar flamingos en cada isla que salía de tus labios.
Verte caer en mis brazos,
verte caer desde la ola más alta
al centro de la cama.
Dios bendiga los mares que visitamos
sin permiso.
Luis Daniel Pulido
16/08/ 13 Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Méx.
5 comentarios:
TE ADORO!!
Lo que daría por vivir contigo el tiempo perdido
No es justo que los mediocres siga su vida y los talentosos esté sufriendo
Yo apuesto por ti
Me enseñaste tanto de la vida
Eres increíble
Pollito, me da gusto saber que ya saliste del hospital
Eres mi luz
Qué poema Luis!
Publicar un comentario