Las minas no dan posibilidades de redención,
uno las pisa y la muerte pierde el paso en el tiempo
–me refiero a las partes cronometradas de nuestra
profunda tristeza– como la de ver una estación
de camiones vacía, el documental de niños
mutilados en la historia reciente:
De ver cómo nuestros ojos
–fríos como el agua de la Antártida–
mantienen una mínima distancia
con la lista de madres muertas
que tomaron el lugar de nosotros
sin decirnos nada
Las caricias son los únicos procesos democráticos que conozco, son determinadas secuencias donde el tiempo y el espacio constituyen un solo lenguaje. Uno empieza por las manos hasta llevar a cabo un beso, persuadiendo así tu desnudez y la mía para ese país perfecto que es la cama, donde las almohadas no crean distancias y los sueños descansan en cada parpadeo, cada mirada, de frente a la vida tomados de la mano. Luis Daniel Pulido. Akumal, Q. Roo; México
lunes, 6 de febrero de 2012
REVELACIONES
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4 comentarios:
una mínima distancia
con la lista de madres muertas
que tomaron el lugar de nosotros
sin decirnos nada
Triste, nostálgico, conmoverdor, hermoso
Azul. tu alma es azul....
Luis Daniel querido, no djes de escribir
Tuya
Me encanta tu blues, pollito, Chincho
Un beso con todo mi amor y cariño y ternura
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