Hay días que me siento triste.
Triste como el jugador de hockey
que tras la derrota no crea fuentes
de empleos, ni aporta evidencias
científicas que contribuyan a la libertad
más extrema: a bombardear –sin remordimiento–
Vancouver o Godzillas
Triste, con el corazón en un referéndum
por el gol invalidado: en el reflejo del sol
en los espejos, en la expansión del universo,
en los músculos amoratados de lo táctico
Hay días que me siento triste,
como el documento de 120 páginas
que dictamina nuestro arresto,
la descripción detallada de los golpes
que nos llevan al piso para volvernos
profetas, el hilo y la aguja de las puertas
giratorias, la carne lacerada de la historia
Triste como el jugador de hockey
que tras la derrota no crea fuentes
de empleos, ni aporta evidencias
científicas que contribuyan a la libertad
más extrema: a bombardear –sin remordimiento–
Vancouver o Godzillas
Triste, con el corazón en un referéndum
por el gol invalidado: en el reflejo del sol
en los espejos, en la expansión del universo,
en los músculos amoratados de lo táctico
Hay días que me siento triste,
como el documento de 120 páginas
que dictamina nuestro arresto,
la descripción detallada de los golpes
que nos llevan al piso para volvernos
profetas, el hilo y la aguja de las puertas
giratorias, la carne lacerada de la historia
4 comentarios:
Qué poema, señor
Mi cariño, mi admiración
Besos
a bombadear....sin remordimiento....vancouver o godzillas....
.....besos pornos
Me encanta cuando rockeas
Besos, regios, para ti solito,mm
Tus ojos son como la lluvia que moja mi playera y deja ver lo que quieres ver, Chincho adorado
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