lunes, 16 de septiembre de 2024

A LOS INVISIBLES, LOS DESPLAZADOS, LOS QUE NO EXISTEN


 


Nada que celebrar
—acaso la sesión de fotos de Rebeca Ferguson
para Calvin Klein,
que he asegurado el alimento de mis perros
y gatos,
el pensamiento griego, la filología y la literatura
clásica,
el ramito de flores que sale de la tierra
No este país que odio desde niño,
a sus políticos y viejos maestros,
gusanos del verbo, la coma y el sujeto,
abogados y notarios públicos,
cobardes honores a la bandera
Éntrale al juego –dicen,
puedes ser periodista del régimen,
beneficiarte del sistema
Nada que celebrar –insisto
Maldito “Viva México” y su anillo de vórtice
en el aire,
cada palabra de este presidente
y su forma de ensalivarse la sangre
Lo que escupe: indolencia y miseria
Luis Daniel Pulido

sábado, 14 de septiembre de 2024

ORACIÓN PARA SALVAR EL AMOR Y LA VIDA


 

Deberíamos estar diseñando un plan
para viajar en el tiempo,
a qué velocidad,
echándole un ojo a la revista
Classical and Quantum Gravity,
bebiendo un choco milk bien rico
como los que hacía la mamá
de Nadia Villafuerte
O viendo el cielo azul de Tuxtla Gutiérrez,
colocando un barquito sobre el libro
Cánticos de la lejana tierra
de Arthur C. Clarke, sabes
En una de esas alzarme la playera,
rascarme la panza sin avergonzarme,
que el futuro así nos alcance
Deberíamos estar contando los maicitos
del pozole,
las estrellas sobre las torres de control
de los aeropuertos que dibujaste
Besarnos en un hotel de Moscú
—al margen de la edad que tengamos,
y que las balas del narco no nos roben
este sueño
Colegio Niño Artillero, 1978
Luis Daniel Pulido

jueves, 12 de septiembre de 2024

EL HOMBRE FUERA DE LA LEY


 

Soy de los que aun escuchan Breaking the Law
de Judas Priest y salta, mueve la cabeza
—headbanger que como tele de geriátrico
suena alto, hace sombra de guitarrista
legendario
Soy un hombre fuera de la ley,
papiro de una necrópolis en Egipto,
playera negra de Iron Maiden
(Powerslave, ¿se acuerdan?)
Un hombre viejo que se sienta a recordar,
enzima de heavy metal,
auto a toda velocidad
Que extraña a la mujer de su vida,
que pasa a su lado,
pisa el césped,
lleva una playera de Robert Plant
El rayo de mi voz parte en dos la puerta,
entran mis perros
El mar nunca está en calma
Siento un pequeño punzón en mi rodilla
Me acuesto
Luis Daniel Pulido

martes, 3 de septiembre de 2024

EL VIEJO VAUGHAN


 

Yo no soy de los que gritan “pongan Caifanes”,
no como ejemplo de prudencia ni vejez,
la memoria –pequeña biblioteca portátil
me lleva años atrás del rock mexicano,
a un viejo de apellido Vaughan
que cantaba canciones de Bob Dylan
en Cintalapa, Chiapas;
leía también La Biblia, fumaba tabaco
de algún lugar de la sierra de Guerrero,
tierra caliente, tierra de Lucio Cabañas;
me contó del hombre congelado en la ruta
de los Apalaches al este de Pennsylvania,
viejo noble que se opuso a la guerra de Vietnam,
que ahora era fugitivo de las larguísimas jornadas
bajo el sol en Estados Unidos, jeringa de heroína,
permisos de la DEA
No supe más de aquel buen hombre,
rechazó el paraíso humano de los títulos
universitarios, el infierno de las clases sociales,
un día se fue y no supe más de él…
Cuando me acuerdo de su conversación
sobre Dios, la muerte, el amor, la libertad
—hippie en busca de su Audrey Hepburn,
escucho a Creedence Clearwater Revival
Wrote a song for everyone
Wrote a song for truth
Wrote a song for everyone
When I couldn't even talk to you

Luis Daniel Pulido

MI MALA EDUCACIÓN


 

Reconozco que le debo más a Rocky Balboa
que a José Vasconcelos,
a Jennifer Connelly que a Sor Juana
—las trampas de la fe contra los ojos más bonitos
que he visto;
reconozco que nada sé de los zoques,
direcciones o avenidas,
algo sí de Søren Kierkegaard,
una bandera en lo alto,
la del Líbano
Reconozco que le debo más a Spider Man
que a Jaime Sabines y todos los poetas chiapanecos,
tangentes, diferenciales e integrales,
Jethro Tull, Bo Derek y Lina Santos
Reconozco que le debo más a Jaws,
su inicio: Susan Backlinie atacada por un tiburón
que no se ve
Reconozco que le debo más a Black Sabbath
que a las historias de la izquierda y derecha mexicanas;
reconozco que le debo más a Kurosawa, Scorsese,
El Padrino
Reconozco que le debo más a Elisabeth Shue
que a Carlos Fuentes, Revueltas, Octavio Paz,
su Piedra de Sol, su Elena, su Mari-Jo
Reconozco que le debo más a la NFL
que a todas las clases de ética,
de Literatura Hispanoamericana,
Flaubert y Maupassant
Reconozco que le debo más a Hulk
que a Emilio Rabasa, el ADN autoritario del éxito,
lo que forjan las escuelas:
Políticos tontos, políticos asesinos
Políticos
Reconozco que le debo más a las canciones de rock
que a los rezos y las tradiciones y la otra cara de la moneda:
los linchamientos
Reconozco la matanza de Golonchán,
Acteal y mi incapacidad…
Que no hice nada,
que no me alcanzó para nada,
ni amor ni fuerza ni lecturas
las impidieron
Que todo es historia,
“comisiones para la verdad”
Reconozco que le debo más a Lou Reed
que a los jóvenes poetas y los pueblos mágicos,
fiestas de hombres vestidos de monos y jaguares,
con aplaudidores y cohetes que estallan a lo lejos
y asustan a los perros
Reconozco que recuerdo viejas películas
que vi en el cine Vistarama,
y a eso me apego…
Y donde a veces despierto
Luis Daniel Pulido