sábado, 2 de noviembre de 2024

FERNANDO VALENZUELA, LUIS DANIEL UNCAL, LA SERIE MUNDIAL DE 1981 Y UN POEMA DESDE EL DOLOR Y LA TRISTEZA


 

A Marco Pulido Benítez

La soledad –esa lluvia de confeti negro
en el cielo, ese disco: Animals de Pink Floyd,
la incompetencia criminal de nuestro gobierno,
no me permitieron escribirte antes:
murió Fernando Valenzuela,
el “Toro” de Etchohuaquila,
de los gloriosos Dodgers de los 80
Imagino las cartas escritas para papá:
Ramón Hernández, Richard Garcés, José Carlos Pulido,
en la radio Luis Daniel Uncal, por quien llevo mi nombre,
y ese mexicano que ganaba la Serie Mundial de 1981
en mi tele en blanco y negro: El “Toro” Valenzuela;
yo tenía once años
Papá y Marco Pulido y Kierkegaard y Malcom Lowry,
mi padre en Tuxtla Gutiérrez y la tabla mnemotécnica,
las luces en sus dedos, el alfabeto alfanúmerico,
Código Morse;
Marco, mi hermano, caminando las calles de Cuernavaca,
la frecuencia Schumann,
padre e hijo
Esa resaca de béisbol que nos duró toda la vida,
porque viví hasta ustedes,
y sé que jamás podré regresar a Guaymas, Sonora,
ni a los días maravillosos del Fondo de Cultura Económica,
camino con la soledad a cuestas,
donde los cohetes de la barbarie religiosa
hacen salivar a los hambrientos de abismos,
los que se tiran a la vorágine del ruido más insoportable
Miserables
Luis Daniel Pulido

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