lunes, 26 de enero de 2009

SI AÚN ME ESCUCHAS

Quisiera echarle la culpa al sol.
Que sujetos a puertos y acantilados
exhalamos la arena del mediodía.
Que no te vi, que los barcos multifamiliares
no se marchan y nos ofrecen el camarote
del fracaso de las universidades.

Quisiera decirte que el sol me hacía bajar la mirada,
que la academia arremete contra la vida misma,
que la autonomía es un laberinto de cadenas,
que te graduarás a la mañana siguiente
mientras yo con tanto unicornio y entresueño
volveré para hacer otras cosas.

Quisiera echarle la culpa al sol,
al dragón que cruza la calle en silencio,
a los cócteles que te hacen más bonita,
al corazón escolar con su juego de espejos.

Pero no.

Volveré a caminar por esa calzada
donde gritaba -¡larga vida al rock!-
hasta que la universidad disuelva sus ataduras domésticas
y te escriba poemas desde el desierto,
la cárcel o bosques de niebla espesa.

Foto: Aleks G. Camacho

CASA DE CAMPO

Nadia Villafuerte, en Londres (Foto de Aleks G. Camacho)


Las cinco de la tarde,
un café, nada de bicicletas,
sólo el flujo informativo de los años:
la feria del libro en Guadalajara,
el pabellón Andaluz, el Metropólitan de Nueva York,
sin olvidar los maestros perversos,
Baudaleire, murciélagos gigantes, Lacan.

Un poco -quizá- de amor expuesto al ojo
de Manu y el tatuaje de la bonita mesera,
citas de Lizalde, Cortázar, Malcom Lowry,
el frío, la poca luz y medir en tus labios
la temperatura del aire.

Luego caminar por calles
de vírgenes insoportables,
perdernos por este país
que somos a todas horas:
una postal con alas de serpientes.

Recorrer territorios en tus silogismos,
arrebatos, juego de palabras;
sabernos desterrados, neuróticos, solos,
que el mundo gira a los alrededores
como un tianguis de sueños ordinarios.

¿Qué me queda de ti?

La luz de un automóvil en la frente,
tu sonrisa más bonita en cada letra,
Lezama Lima, una plaquette,
mi dolor de rodilla,
los dos años que tardé en escribirte un poema
y mi caballo de burbujas que cabalga bajo la plata de la luna.

Qué bonita noche.

Yo soy el hombre.

EL PEQUEÑO CABALLERO DE LA NOCHE




Siempre quise ser un niño bueno. No el que despedazaba unicornios con el hambre de mil lobos cada vez que me veía al espejo.
Un niño bueno, no malo. El que deshilaba libélulas para encerrar en un círculo de estela la aurora de los planetarios. Que fuera a la escuela sobrellevando ausencias como las de papá y Jesucristo en un hemisferio de balas masticado por los glaciares de mi boca.

Un niño bueno, de esos que ríen y no odian. De betún en la sonrisa y cangrejitos petrificados en una burbuja de arena.

No el de la sangre entre los dedos, no el de los peces boqueando en la carne viva de mis ojos.

Un niño bueno, de los que en el indefinible aspecto de una manzana podrida le alcanza para esconderse de los monstruos hasta que tú lo encuentres e ilumines con el fuego de una vela las promesas que corren por mi cuenta.
Un niño bueno, lo sé, no promete lo que no tiene. Y lo sé porque los resultados de mis sueños no son del tamaño exacto de lo que exige la vida.

Pero siempre quise ser un niño bueno, a pesar de mi edad y los relojes inestables de la muerte que aún no alcanzan la orilla de la playa.

VOLVER A MARINA




Volver a verte y soportar aún así la distancia
que no se detiene, transcurre,
porque lo que sobra es tiempo
y no más café soluble, ni la enredadera de luz
que pasa por tu espalda, ni el silbido
de mi barco que parte, ni tejer largas redes
que rocen tus labios.

Volver a verte Marina, la más bonita,
la que tiembla de amor en mis palabras,
la del cerrojo de granizo, la de la lluvia de ayer,
la del trigo, los castaños,
el ave que canta en mis tejas...
...la de los ojos negros
y cuatro rondas de vodka,
la que fue mi novia y es aún mi novia
porque el viento cada noche me devuelve sus besos
a sabiendas que puedo recibir una pedrada
de luciérnagas a media cabeza.

Volver a verte Marina porque el corazón
hace lo propio, lo correcto:
con mis dientes me arranco las astillas
industriales de veinticinco flores muertas
y el amor, como un ángel de sangre,
se alza sobre la ciudad como un grito...

lunes, 19 de enero de 2009

PORQUE ERES UN BUEN ACERERO




A mi amigo Luis San Román, acerero regio y hasta las cachas



Las victorias de nuestros equipos
desdibujan la clase y la buena educación:
es el olor a cerveza, el asalto de los filibusteros,
entremeses de aceitunas

Nada de fragmentos de nuevos poemas,
ni los riñones altermundistas
de los que hablan en nombre de los pueblos

Sólo el inventario tornasol
de la defensiva de Baltimore
y levantar el asfalto con pinzas
para viajar a la tierra prometida

ZEPPELIN




Cada día y mediante la palabra
un poema deja de ser un mero despliegue
de imágenes y emociones.
Advierte una llamada por teléfono,
un mail que parece desentenderse
de horarios y fechas, aeropuertos
que como acuarios en los huesos
son parte del plan para salvar mi vida.

Considero al café sin azúcar
el reloj de arena donde los gallos
salen de las sombras para recordarnos
que en vísperas de madrugadas
el sol es el brillo de las navajas

No importa la multitud enardecida
que exige el lucero sanguinario de las banderas,
ni la enjitomatada tradición por cantar el himno nacional
como si fueras capitán de la selección de futbol

Importan las mil razones por las que te sueño desnuda
y el consabido verbo que te disuelve en el agua

DÉJALO SANGRAR ( EN LA YARDA 20 )

Lisboa de noche (foto de Nadia Villafuerte)


Dioses orgullosos, humillados, sumidos en lo hondo,
viviendo con fantasmas y demonios,
y con el recuerdo de los espectros y la última nevada,
y con las setas de dulce veneno.
Robert Graves

Debe existir una maldad a la medida aunque no específica. Es decir, y como ejemplo, yo asumo el desarrollo de mi maldad, la persuado y demando su dosis de odio y violencia.

La maldad, no es inmediata porque es astuta, alevosa; consiste en saber proponer la destrucción del otro. Se requiere talento porque tiene que ser definitiva, sin ningún ápice de piedad.

Cuando el acto mismo se vuelve inabordable, y pierde el sentido de apropiarnos de la felicidad de otros, nos conducen al crimen. Entonces la maldad pasa de odio a ser perversa. Pero la perversidad sólo es delirante si es sexual: nada mejor que enterarse de la muerte del vecino que odias quitando unas bragas, besando unas tetas.

La maldad es cómo el pan a los hombres. Es la declaración convencional (no universal) del ser humano. Es recíproca y garantiza cierto descargo que da lugar al chingadazo que tengo ganas de darte. Pero esta maldad da pie a dos preguntas ¿Llegaremos al primero y diez? ¿Entendí bien las instrucciones del coach ?

DE TOS SIN ASPIRINAS



Para el gran Alejandro Aura (in memoriam)


Estar loco, hacerse el loco, volver a la pregunta original ¿Está usted loco o se hace que está loco? Qué loco, ¿no? Hasta eso, ser loco completo, no medio loco, sino que chiste. Loco pues, de remate; no de "taquito" ni de "chilena", de viaje redondo porque a unos días de La Liga toda locura se asemeja a una pelota.

Pero estar loco, de a deveras loco, como caballo y no como poeta, usted sabe, desbocado y garañón. Y digo loco, no loquito por economía de la risa, bien pinche loco, hasta las lágrimas diría.

Pero cómo saber que uno está loco ¿Por qué hace uno valer sus locuras, o por qué la vida bien vale todas estas locuras? O como dicen, mas vale loco en "bungee" que en cama de estudiante de psicología. Es decir, saltar al vacío no es lo mismo que hacer niños, pequeños loquitos con habilidades de patineto que me digan "soy emo"... pero hijo ¿Estás loco?

Pero quien no ha pagado la renta soy yo ¿Verdad? Porque soy loco no ejecutivo de cuenta, o porque no ejecuto su cuenta desde que estoy loco. Y usted me pregunta si estoy loco o hago como si estuviera loco. No crea, sin dinero la locura no tiene grandes metas, o quizá de las pocas es decirle al dueño del edificio que eso de ser pobre es hasta espontáneo como callar, llorar, reír o volverse loco. Pero loco, loco, lo que se dice loco, no ¿O usted qué cree? ¿Me puede dar otros quince días? ¡Qué loco! ¿No?

martes, 13 de enero de 2009

MOCHAOREJAS ÍNDIGO

¡¡oreja!! ¡¡oreja!!
¡¡mmmm, qué oreja tan rica!!



POR QUIÉN DOBLAN LOS POLLITOS

En la foto: Claudia Pon Cáceres y Lucía Sarauz, de Noticias Voz e Imagen de Chiapas (Claudia viaja hoy a Guanatos a estudiar su maestría)


No recuerdo bien si dijo, escribe un poema para llenar este hueco aéreo (porque la publicidad en la sección da alas a los dueños, pero a veces el formato no cuadra) o bien, mira y checa lo bonita que soy.
No, no lo dijo, pero me lo imagino por cuestiones de resonancia magnética.

Quienes forman la sección de cultura, dibujan puertas donde usted y yo entramos; pero son las ventanas, raro caso, lo que la sostienen. En las ventanas uno lee la programación de televisión por cable, invitaciones a carnavales, a políticos con licencia para decir cualquier estupidez, hasta estrategias que garantizan un automóvil para toda la vida (o hasta que un taxista o un poste nos separen).

Toda sección es parte de un presupuesto. Yo entiendo poco de eso, pero sé que diseñadores y correctores la restauran, la cuidan, la hacen bonita. Bien por Claudia Pon Cáceres, que nos ayudó tanto, pero ya se va a Guadalajara a comer tortas ahogadas (¡salud por eso!)

Pero se da la subvención y ésta se conjunta con la poca audiencia para la participación urgente. Rodrigo pasó. Lucía pasó. Pepito se fue a comer unos tacos. Así que no recuerdo bien si Claudia me dijo, escribe un poema y llena este hueco para definir la plana, o bien, mira lo bonita que soy.

No sé. Pero mientras mi corazón deja de creerse un álamo, recorto en trazos delicados las palabras que (en realidad) quiero decirte:

sí... eres... bien...bonita...pío, pío, pío.

AMOR Y ODIO EN UN GO-KART


En Pulidín City existen niños y niñas. Mediante preguntas y cuestionamientos, todos apuntan a un mismo objetivo: la sonrisa y la travesura. Los afectados, si es que los hay, se apegan a la fragilidad, a la ternura, a cicatrices que huelen a plastilina.
Las tristezas de los demás no son ajenas, pero si algo inciertas. Es imposible no escuchar que alguien lanza piedras sobre el agua. Es probable que ese día, al tomarnos de las manos, inventamos las palabras: No pasarán

¿Cómo olvidar a los sobrealimentados dragones que lanzaban fuego en la caída? ¿Cómo olvidar las olas que provocaban y nos caían encima? ¿Cómo olvidar a Dámaris y su Go-Kart "Tonalópolis"?

Si hubo una carrera inolvidable, fue la de ese día. La afrenta tenía toda la energía de un reproche

-¡Tus dragones panzones mojaron mis cucas!-

Traté de evitar la carrera llevándola a mi máquina de escribir, pero por el chapoteo de los últimos dragones, ya no escuchó cuando deletreaba: lo siento. En cuatro dobleces la disculpa quedó bajo la pata de una silla.

Por agentes comerciales y de patrocinio, la recuerdo muy bien con su vestidito rojo y sus lentes y su casco azul con la leyenda "El Cocodrilo Asesino".

Por esas razones desproporcionadas que da el corazón, el circuito aun permanece vigente en nuestros días (claro, la competencia se da por cosas menos importantes que el de mojar unos juguetes).

Por motivos deportivos, además, jamás olvidaré a su asesora en PITS: Wonder Woman

-¿What is your name, Wonder Woman?

-My name is Yolanda Gómez Fuentes.

Dámaris dice que Yolanda es poeta y ganó un premio que se llama "Rodulfo Figueroa".

Yo perdí la carrera y quizá porque mi maestro Yoda jamás escribió un poema, y también porque Alejandro Molinari firmaba un importante contrato para jugar en Inglaterra con el Manchester United y ya no pudo asesorarme.

No importa. De vez en cuando me gusta regresar a Pulidín City.

Desde Pulidín City

Chincho, Schumacher.

MEXICALI 2: 15


MEXICALI 2: 15


Para Leti Servín



La última canción es de cara al sol que baja la mirada.
La aurora: semilla de uva que revienta.

Ticket a estribor posibilitan otros caminos y sí, pedimos otra.
Una iguana baja por las escaleras del backstage:
alfombra roja empolvada de semáforos.


El país por dos horas es transparente
y un niño empieza a escribir tu nombre en nopales.
Va descalzo y duerme a tu lado.


Bajo la arena un pavo real de fuego
abre su plumaje y espera la cosecha:
serpientes de cascabel, naranjo, dunas.


Mañana a las 2:15 un apacible cocodrilo
cruzará el desierto bebiéndose de un golpe la arena.


El sabor a mole llega a tu boca
como el primer rayo de sol después
de tantos kilómetros recorridos.

Recuerda: no despiertes de golpe.

ORACIÓN M FORCE

En la foto: Nadia Villafuerte



Cuando voy a la cama no rezo, pero digo:
Dios, considera un huequito para mí
en el archivo de la pelirroja.


Luego me imagino chino y cultivo
algodón y arroz en mis almohadas.
Cierro los ojos y me robo un cocoloco
de sus labios. Hago bucitos y aparece
solicitando servicio a mi bar playero.


Pero yo soy chino y ella princesa de Eslovaquia,
por lo que pido a los dioses zarapes del meritito Saltillo;
así, calientitos, intercambiamos pasaportes y besitos.

¡Házmela buena Diosito!

martes, 6 de enero de 2009

LISBOA EN TUS OJOS

Nadia Villafuerte en Lisboa


Ya no caen alacranes de la luna,
ni la tinta del calamar sirve para firmar acuerdos de paz
en los solsticios de la Cruz Roja

En estos tiempos de Dios en la mecedora
la violencia en un pestañeo,
el galgo y su desparpajo,
altamar en los ceniceros

Y el Mediterráneo todopoderoso
como un sicoanalista sin talento
incrustado en espejos de utilería

Te digo: no basta la aspirina,
hace falta el poema con alberca.

MACHO ALFA


Lisboa (Foto de Nadia Villafuerte)

Sólo existen dos cosas para las cuales no hay edad:
El amor y el futbol.
Dicho argentino en voz de Diego”Gambetita” Latorre



Si bien diciembre es inseparable a las posadas, nunca imaginé que fuera como la sed misma: litorales de whisky y cerveza abiertos a conductas de una sinceridad fija e inamovible que, como Moisés salvado de las aguas, me llevaron al hospital en una bonita ambulancia.

En el hospital me preguntaron algunas minucias conyugales que fueron cobrando perfiles de tragicomedia para propios y extraños.

-¿En realidad está usted casado con tres mujeres?- Pues por eso bebo lo que bebo, quise decir, pero ya había sumado a la celebración a cuatro de las cinco enfermeras ¡tubo, tubo, tubo!

Como todo confeccionista novato del matrimonio, me permití el recuento:

Todo empezó el 22 de diciembre, en la posada de Nadia Villafuerte, pero también de Damaris y anexas, es decir “otros” amigos, malabaristas, trovadores y fulanos y menganos y que nadie salga vivo porque somos “artistas”.

Después, como quien compra un club para lavar dólares, la mayoría se hizo una minoría más rimbombante y selecta. Es así que, en clave de blues y bossa novas, nos emborrachamos hasta que ya no pudimos matizar el radicalismo puro de los que beben por el simple placer de hospedarse entre amores paralelos como son el alcohol y las mujeres.

Por eso cuando el doctor me hizo ver no sólo mi suerte con la cuentototona, también mis tres úlceras estomacales, decidí ponerles los siguientes nombres: Nadia, Lumi y Dana.

Y ahí están mis tres úlceras, cada una como fracasos personales pero que afectan y zozobran de modos distintos.

-¡Aviéntales dos pinches Genoprazoles!- me dice mi sabio diablito con su cara de Juan García Ponce desde el Copacabana donde Niurka aprendió el arte de hacer los huevitos estrellados.

Pero vuelvo al gran tema: alcohol y mujeres en diciembre no hacen precisamente sombra en una hortaliza. Todo empezó, según recuerdo, el 22 de diciembre del año pasado, día que las heridas sanaban y se convertían en monedas de plata gracias a la luz de la luna que un día durmió en altamar tiritando de frío bajo la neblina (metáfora Cartoon Network)

Pero bebimos y jamás alcanzamos la orilla de la playa. Hoy, por eso, estoy en este hospital como un lector ajeno, un poema cuyo esplendor llega con el vaho de los barcos que parten en dos el alba (metáfora HBO)

Se terminó diciembre, y doy gracias. Estamos en enero y los caminos al infierno se acortan: temo a las pequeñas recomendaciones médicas, a las rescisiones de contratos y a todo este país que nos mastica rencoroso con su deslumbrante generación de tontos.

Sólo me quedan mis úlceras, el Trópico de Cáncer que atraviesa Mazatlán y me deja entre los dedos y la memoria la aparente sencillez con que se desnudan las mujeres que amo y nunca olvidan escribirme desde Londres, Puerto Vallarta o Montreal.

MILÍMETROS LUZ


Nadia siempre repite, e incluso insiste,
que este mundo es una mierda,
que si fuéramos capaces de transformaciones
profundas haríamos de piedras delfines,
o viceversa;


no sé, confesión de parte,
si la interpretación sea correcta
y arroje saldos favorables
para su perturbadora inteligencia;


no obstante el mar permanece:
malabarista hasta el fin de la tarde;


pienso en excepciones y me veo
en el Manchester United,
bibliómano del soccer que asume
parte del sueño, el que le pertenece
y no te interesa;

pero sí la sal marina como la peste,
sí la sangre como la guerra,
aranceles de la agonía como la literatura misma,
palabra o palabras que como corderos
van tristes al sacrificio;


no Nadia, el mundo ya no es una mierda,
es sólo el color púrpura de los mataderos
con su tajada de vísceras;


y lo escribe un ciego con sus retinas
de perlas y calaveras.


Hotel Jiménez; Oaxaca, México. Sept. 2007

A PROPÓSITO DEL AÑO NUEVO (POR RODRIGO SOLÍS)




"Ojalá todos tus problemas duren tanto como tus propósitos de Año Nuevo."
- El tipo más optimista de la Tierra



11:59 p.m.
Dejar un año atrás o darle la bienvenida a uno nuevo resulta cada vez más dramático. O escandaloso. Enfundarse en provocativa ropa interior roja, correr como desquiciado por el vecindario con equipaje vacío a cuestas, tragar doce uvas y cerrar los ojos invocando a todos los dioses, santos, constelaciones y a Walter Mercado para que se cumplan nuestros deseos, se ha vuelto una costumbre tan normal para el ser humano como para Santa Claus prostituir su imagen de octubre a enero en todos los espectaculares y anuncios de televisión, radio y prensa, anunciando desde celulares hasta píldoras para una actividad sexual más potente.

12:00 a.m.
-¡Feliz año! -grita eufórico el locutor de la radio.
Quisiera compartir la euforia de ese señor, pero al mirar a mi alrededor, observo a mi hermano que cada vez adquiere más responsabilidades y menos pelo, a mi hermana que cada vez invierte más en sus curvas y menos en sueños imposibles, a mamá que cada vez descubre más arrugas en el rostro y menos sonrisas en la boca.
-Te deseo salud –me dice mi tía, y descubro que su deseo es de corazón porque bien sabe que no poseo Seguro Social.
-Quiero ver la hoja que diga Fin –me dice otra tía, a sabiendas que llevo varios años escribiendo una novela que tantas angustias le ha causado a la familia.
-Siempre apoyaré la decisión que has tomado –me dice mamá, la última de la fila.
Una buena madre solo utilizará esa frase en dos ocasiones: si te has declarado gay o si has dicho que quieres ganarte la vida como escritor.

2:25 a.m.
Súper modelos desfilan despampanantes por la Quinta Avenida de Playa del Carmen. Nunca se vieron tantas mujeres hermosas reunidas en un mismo tiempo y espacio. Las probabilidades de que se cumpla mi primer y principal propósito del año son altísimas. Por desgracia, mis únicos dos acompañantes son un sujeto que modifica su corte de cabello cada que Ricky Martin lo hace y que me dice al oído que el próximo Año Nuevo tenemos que pasarlo sí o sí en Cuba antes de que muera Fidel Castro llevando maletas repletas de sabritas, chocolates y sándwiches para tener mejor suerte con las mujeres; y el otro, un tipo dedicado a la patética afición de fotografiarse posando junto a automóviles de lujo que jamás tendrá y que me confiesa que robar un Aston Martin es la única opción que se tiene en esta vida terrenal si se desea la compañía de un par de angelitos de Victoria´s Secret a tu lado, y no de dos borrachos descamisados.

11:50 a.m.
Camino por la playa. Pareciera estar sumergido en una película de horror de George Romero. Una mano emerge por sorpresa de las profundidades de la tierra y sujeta mi tobillo. Casi muero de un infarto. Me repongo del susto y mi corazón y mis testículos vuelven a ocupar el sitio que les corresponden en mi cuerpo al descubrir que el montículo de arena sobre el que estoy en pie es en realidad un hombre que dice ser una tortuga de carey. A mi costado, con pasos errantes, dos tipos empanizados en arena aseguran ser la osa mayor y la osa menor. A la distancia un DJ mezcla música en una tornamesa que desmontaron hace horas. Y, pasándome con movimientos que envidiaría cualquier aspirante a extra de una película de zombies, decenas de jovencitos rojos como tomates intentan emprender la graciosa huida al ver que una camioneta de la AFI se vacía de agentes antinarcóticos.
-A mí hágame el antidoping, oficial –le digo a uno de los oficiales de la AFI.
-No somos la FIFA –me dice el oficial malencarado-. Las manos sobre la nuca y dése vuelta.
Conozco a la perfección el procedimiento. Coopero con maestría. No es la primera vez que me confunden con un dealer. Mi primera ex novia campechana terminó conmigo porque su peluquero le dijo que yo me ganaba la vida traficando droga. El agente vacía mis bolsillos. Desilusionado de no encontrar el cargamento esperado de éxtasis, LSD, o mínimo un churro de mariguana, el agente antinarcóticos me recomienda una crema contra quemaduras de tercer grado y me devuelve el único objeto hallado en mis pantalones.

Lista de propósitos de Año Nuevo.
1. Acostarme con una Top Model el primer día del año, o cualquier día de mi vida.
2. Hipotecar mi alma al Diablo para que la selección mexicana de fútbol derrote finalmente a los Estados Unidos, de tal suerte y para que una vez por todas la vida de más de cien millones de mexicanos cobre sentido.
3. Dejar de pagar inútiles mensualidades en el gimnasio donde me dedico a observar furtivamente a los gordos y/o enclenques mirarse por hora y media en el espejo creyendo que sus bíceps cobraron mágicamente dimensiones a la Arnold Schwarzenegger después de una superserie.
4. Preguntarle a Patricia Mercado Castro (ex candidata a la presidencia de la República y ex presidenta del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina) si al menos sembró las semillas de los rosales del jardín de su mansión.
5. Felicitar personalmente a Felipe Calderón Hinojosa por su apabullante triunfo en contra del narcotráfico. Los más de 5,400 muertos del año 2008 se lo agradecen.
6. Preguntarle al Papa Benedicto XVI por qué no cambia la sede del Vaticano a Somalia.
7. Exigirle a Ivonne Ortega que le regale un auto más rápido y más furioso al Secretario de Seguridad Publica de Mérida, Luis Felipe Saidén Ojeda para que su retoño Luisito Omar pueda una vez más (a sus anchas, drogado, alcoholizado y a 200 km/hr) despedazar en cachitos a todo imprudente transeúnte que se le atraviese por la avenida de Prolongación del Paseo de Montejo.
8. Sugerirle a los chicos del PRD que le paguen a Lucía Morett una maestría en teatro experimental de creación colectiva en la selva del Congo para que los negritos comandados por el general rebelde Laurent Nkunda le enseñen a derramar lagrimones más reales que los de Thalia en María Mercedes y Televisa la contrate de protagonista en su nueva telenovela.
9. Comprarle al dictador Hugo Chávez Frías una Constitución más grande que una habichuela para que pueda anexar, borrar, modificar y/o inventar nuevos y divertidos artículos que lo ratifiquen y perpetren en el poder hasta su muerte y más allá.
10. Preguntarle a Barack Obama si en su agenda está enjuiciar a George W. Bush por sus crímenes contra la humanidad.
11. Publicar un libro de ensayos, artículos, cuentos y/o novela para que todo el tiraje se pudra en los estantes de las bodegas de las librerías y el gobierno de Campeche pueda justificar el envío de mi novel persona a los encuentros de escritores y así pueda cacarear en todos los rincones de la república que soy un escritor publicado y los periódicos se asombren de mi grandeza literaria y empiecen a tomarme en serio y a pagarme por cada uno de los escritos que toman prestados (traducción: colaboraciones) de mi blog.
12. Suplantar por cianuro las aspirinas de la bolsa de mamá si vuelve a preguntarme si pienso salir a la calle con esa camisa llena de hoyos y/o si mantener un blog es un trabajo de verdad.

Más escritos en:
http://pildoritadelafelicidadladob.blogspot.com/