martes, 27 de junio de 2023

MI HERMANO EL PIT BULL


 

Iba con mi perro por las calles del fraccionamiento. El sol topaba con largas paredes que me hacían sombra con su jadeo de ciervo a punto de dormirse. De la nada –ese vacío que se desmarca de tus pensamientos, el flashback, tus canciones favoritas y que te deja solo y a merced de gigantes y monstruos marinos– sale un perro con grandes hilos de saliva.
Como un fuerte búfalo de ojos rojos arrastra su cadena (vestigios de su cautiverio y de que no es libre en los páramos de este pueblo tropical que no encuentra sus ecos, se pierde en el calor rancio de sus días de fiesta, sentenciados al olvido) y ataca a mi perro; su figura es evasiva, me recuerda un breve ataque de epilepsia. Defiendo a mi perro. Estoy en el piso. Sangra mi brazo izquierdo.
Mi perro somete al Pit Bull y no sé cómo, de dónde su fuerza, y por qué estamos bajo el vientre oscuro de una enorme ballena.
Me sugieren sacrificar al Pit Bull, matarlo pues, y me niego. Me recuerda a los niños asustados por el crimen organizado, el perdón como único acto de pureza en un cerebro que descarga temblores por todo mi cuerpo, la soledad y sus huesos podridos que despuntan en la arena de un mar que ya no existe. Que estoy tan solo y asustado como él. Que nadie nos tendrá piedad más que nosotros, hermano Pit Bull.
Huye, vete, y nunca olvides que los hombres siempre acechan…
Luis Daniel Pulido

jueves, 22 de junio de 2023

MI EQUIPO SON LOS BÁRBAROS (MÁS UN KILO DE BARBACOA Y UNA NOVIA PECHUGONA)


 

El mundo ha cambiado,
no ayer no ahora ni por lo que pienses
—como dijo Sartre: el infierno son los demás—
en tus redes sociales;
ni hace quince o treinta años,
por los sinsabores de una juventud ida;
o por la música o la falta de ácido fólico
O por la normalización del uso de tenis
en juntas de las fuerzas republicanas,
postales de tu tatarabuelo fusilado
En Querétaro
La vida nos rebasa
—la alerta sísmica, el epicentro del terremoto,
el juicio sumario porque no he leído a James Joyce,
los nacionalismos exacerbados;
la obra más importante de los últimos años
de tu “bro” en Facebook
Las generaciones pueden ser los alacranes
bajo la piedra o quien batalla por regresar
a su peso de hace ocho años
o el suicida frente al espejo
El pueril cuentito de la Independencia de México
Cuando dices “soy malo para recordar nombres”
Y te sientas y tienes un gato sobre tus piernas
Luis Daniel Pulido

jueves, 15 de junio de 2023

¿ME ACEPTARÁN EN LA TIERRA DE LOS NIÑOS TRISTES?


 

Porque tenemos
un montón de cosas que contarnos
y ya no estás y sigo en medio de este ruido
que es sopa de cebolla o piedra sagrada
o sombra o mojarra frita
[Nunca hay un Wittgenstein en un pueblo mágico]
Porque esta soledad ya no es la luz
que sube a la calle a las seis de la tarde
Es la tierra sin muros ni senderos
ni centros de laberintos,
es lo que cae y a veces es un pájaro muerto,
el cometa de luz que se desintegra
Que esta es la tristeza —me dicen,
sometida al plomo de los días:
caminar de regreso a casa solo,
una, dos, tres, diez, mil veces
para acomodar la almohada
como se hace con un desierto,
las constelaciones
En espera de la mordida de la serpiente
El sueño profundo de las canciones tristes
Luis Daniel Pulido

EL PORTERO QUE SURCA EL ESPACIO Y NO SE QUITA SUS AUDÍFONOS


 

No entreno para jugar los fines de semana,
no hay cálculos, planos de enormes edificios de concreto,
puentes con mecanismos de información:
jugamos tal día a tal hora en Egipto
o en algún remoto espacio de tierra
o en esa geografía confusa del juego:
el pasto sintético
Entreno porque me aqueja un barco que se hunde,
una migraña que azota la puerta,
el miedo a quedarme totalmente ciego:
el cuervo que vuela al vacío
y anuncia a sus muertos,
la marea que no cede
Llueve
Porque la soledad te pone una piedra en la lengua
y nada importa más que el lance,
correr al otro lado,
tocar el poste, alcanzar el travesaño
Y hacerlo de nuevo
y hacerlo otra vez
y hacerlo mil veces
Hasta que el ruido desaparece
Luis Daniel Pulido