viernes, 27 de marzo de 2009

ELLA (DESPUÉS DE AKUMAL)



Ella se levanta muy temprano.
No recuerda si es de un solo hombre
o pertenece a todos.
Sabe que puede incendiar
con un gesto de hastío su hogar,
el rompecabezas de pétalos secos
de lo que fue un gran amor
y hoy es una boda cualquiera.

Ella se levanta muy temprano
y duda: ¿Cereal, huevos estrellados
o fuego a la sala?

Ella y el esposo que duerme a distancia
como un vecindario que se borra
paulatinamente y abre todas la puertas

Ella se levanta muy temprano
y se va con sus hijos al colegio.
No es una fuga pero tararea canciones
segura de que no es ella la asesina
que estalla como un sol en la nota roja.

Ella se levanta muy temprano
y abre las piernas y ofrece ciudades
que no pisaremos de nuevo
porque los buenos amantes no morimos
en segundas citas, segundas oportunidades

Después del amor sólo perseguimos sombras

¿Y LOS NIÑOS LAS PREFIEREN RUBIAS?

Foto: Ernesto Caparrós

Existe un portal que se abre y nos permite entrar por ratos –como espectadores- a los viejos campos donde nos preparábamos para hacer lo que sigue siendo la pregunta del millón: ¿Quieres ser mi novia?


Para mí, un niño tímido, los terremotos del desamor eran de consecuencias impredecibles. A veces me consolaba sentado en la sala de un Bancomer estornudando por el aire acondicionado. Extraño modo, quizá, pero efectivo por mi alergia, la cual me hacía regresar a casa porque el ejército invasor de mocos reclamaba mi condición de hombre libre y enamorado.


Ya en casa, mi mamá me daba de tomar un montón de medicinas al compás de tangos y marimbas. Carlos Gardel era un señor que con su voz lanzaba flores al corazón de mi madre. Eso es el amor en los adultos, pensaba, y no el barullo de mi corazón de niño.


Supongo que las cosas al paso de los años cambian y que las monedas que aventaba a las fuentes hoy suman depósitos bancarios, cheques de viajeros, recibos de hipotecas, sombras que caen sobre mis hombros.


De niño, sigo pensando dentro del mismo portal de recuerdos, alguien renuncia a ciertos derechos de la vida y no fui yo en este caso. Papá había muerto y mamá me compraba muchos boletos para ir al cine, por lo que todos los sueños de esa época siguen siendo éxitos en la cartelera de mi vida.


Entiendo que los trasplantes de médula ósea fallen, así como las vacunas contra el cáncer, o que en un temporal de tristeza me quede ciego. Lo que no entiendo es por qué en las estadísticas sobre muertes de niños no aparece la de “corazones rotos por niñas güeritas que usan lentes y tienen braquets”


Por eso entre estornudos y raspones, me pregunto ¿Y los niños las prefieren rubias?

¡CUIDADO CON LAS OREJAS!

Ilustración: Claudia Pon Cáceres
No es que Claudia haya visto la memorable película del joven Manos de Tijera, pero se propuso hacer con las sales blancas petrificadas de las aguas glaciares un Pie Grande con sólo cuatro tijeretazos.

Me invitó a ser el modelo y me acompañó a la pequeña sala de su casa, donde su mamá me invitó un sabroso chocolate y su hermana me dijo un refrán (¿o advertencia?)

“los caballos son para cabalgar y los modelos para cortar”

Claudia ya había sido noticia en el mundo del arte con su obra “el perrito sin orejas” fechada en el año 1413 de la era “Cintalapa”.

Se me sugirió –para posar- una postura similar a la de aquellos hombres que se echaban el mundo a cuestas y tenían nombre de equipo de futbol soccer: Atlas.

Y Claudia cortaba y cortaba y recreaba los cortes con canciones de un españolito trabalenguas.

Algo debió tener mi cabello que Claudia me propuso cortarlo, hacer de el un puñito de nieve, una persiana abierta en plena frente, un coquito de aguas profundas como suelen ser mis ideas, las mismas que –ustedes saben- se manifiestan encendiendo un foquito de 60 watts y con la frase –ah, pero si tuviéramos…¡¡orejas!!

Fue así que regrese a casa con mi foquito apagado y mi tabla de surfer en espera de que me indemnice con mil pasteles de queso congelados.

Desde Pulidín City

Chincho, sin sus dos orejitas

martes, 24 de marzo de 2009

LA POETA MÁS BONITA DEL MUNDO

Ella es la bellísima Estrella Del Valle


El sábado 21 de marzo en el histórico recinto de Beyond Baroque en la ciudad de Los Angeles California, la poeta Veracruzana Estrella Del Valle (la de la foto reciente) fue galardonada con el Premio Internacional de Poesía Morada al Sur 2009 por el libro La cortesana de Dannan, mismo que en el año 2000 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde del Estado de Zacatecas.


En años anteriores dicho premio lo han obtenido los poetas colombianos Harold Alvarado Tenorio por Summa del Cuerpo, Rafael del Castillo por Piromana y la poeta mexicana Leticia Luna por Los Días Heridos.


El premio es otorgado por la editorial Caza de Poesía que dirige la poeta Colombiana Antonieta Villamil.



No le pido a la vida
razones para levantarme,
una fuente de sodas
y un escritorio contable
para cuentas y balances.

Pido de vez en cuando
buenas noticias,
las burbujas magulladas
de los alka-seltzers
y ángeles en minifalda
que se apelliden Del Valle

Firmar un contrato
millonario con los Raiders
y comprarte un avión
con el nombre de “Nahui”
y celebrar hasta que tus ojos
cedan de tanto champagne
y “ay diosito” salpicados de vino tinto

domingo, 22 de marzo de 2009

TALLERCITO HUENTITÁN

Claudia Pon Cáceres en Pulidín City


Y tú ahí, tan bonita,
con la cama revuelta
de la maestría entre los dedos
y el ¡auch! de tu desgano
que te hace parpadear como princesa
y esa forma tan tuya de navegar
a la deriva cuando lavas ropa
y piensas en lo bonito que sería
ir a París de compras.

Y tú, tan bonita,
entre el planetario de mails
y messengers y con el sol
de la webcam donde te bañas
con ropa por tu formación católica
a pesar de lo que pide mi banda de asaltantes.

Y tú ahí, tan bonita,
rodeada de dinosaurios
y vampiros: tallercito Huentitán
y pistoleros que se encogen de hombros
y preguntan ¿Dónde está Chincho?

Y cierras los ojos para que nadie lo encuentre.

¿Y QUÉ PASÓ CON BETO, EL COCODRILO SIN DIENTES?

Ilustración: Claudia Pon Cáceres
Beto vivía muy feliz con Julieta.

Julieta no era feliz con Beto.

A Julieta le sobraban ganas de patentar la luz eléctrica.

Y Beto buscaba piedritas para pegárselos como dientes.

WOLWERINE AND STORM

Luis Daniel Pulido (depués del casting para interpretar a Wolwerine) y Nadia Villafuerte (diciéndole "a mí no me vuelves a morder una oreja, cabrón")

Mellon Collie and the infinite sadness*


Es cierto que nos amamos,
el comernos lentamente
los restos es prueba irrefutable
de que tú me amas y yo te amo.

Algunas veces hemos ido al cine
y hasta nos escribimos mails.
Otras discutimos y me largo a bulevares
donde mis ojos aprenden a cercenar tu carne,
a olvidar tu nombre y encender cigarros
como si el amor fuera en sí una idea a medias.

Pero te amo.

No importan los excedentes
de cocaína y la literatura barata,
el pan y el reloj entre diccionarios,
que tú duermas con otro y yo contigo
en la esclerosis de mis párpados.

Es cierto que nos amamos
y prueba de ello es que compartimos
la misma soga en el cuello,
el mismo círculo de lectores
y toda esa basura luminosa
de que moriremos abrazados
y escupiendo cardúmenes de sangre
hasta que ambos, despedazados,
nos reencontremos en un motel,
una playa nudista o en ese lago
de agua cristalina como suele ser
la morgue a mitad de la noche.

Luis Daniel Pulido

*Título de una canción de los Smashing Pumpkins

martes, 17 de marzo de 2009

HOY ES EL DÍA

Ilustración: Claudia Pon Cáceres
Me he propuesto comprar
el mejor traje inglés,
una corbata de fideos
y un buen vino francés.

Libros de español
y pastillas de menta
para el insomnio de mis ojos

Un gis que parpadea
y pizarrones que se abren
y se cierran.

Una camisa bien planchada
y calcetines sin salidas de emergencia:
sin hilo y aguja para los hoyos,
un par de zapatos y un par de atajos
con su juego de palabras
y la isla del tesoro en origamis desdoblados.

Un lunes de mariscos
y películas al dos por uno
y maquinita que triture
nueces y pistaches.

Un ramito de bichitos
y ciempiés en barcos de pirata
que me cuenten un, dos, tres
¡Ya dile!

¿Quieres ser mi novia?

BETO, EL COCODRILO SIN DIENTES

Ilustración: Claudia Pon Cáceres


Romeo era dentista y cocodrilo de los manglares imperiales. Julieta…mmmmmmm… mi vecina.

Romeo se enamoró de Julieta, la lagartija más pobre del bosque.

Romeo, de riguroso frac y etiqueta, pidió la mano de Julieta.

Por los extraños caminos del árbol genealógico de los reptiles (según se leen en los grabados hechos con dientes de dinosaurios jurásicos) Romeo y Julieta no podían casarse por una deuda pendiente contraída desde aquellos tiempos: los antepasados de Julieta jamás pagaron lo que perdieron jugando a las canicas con los primeros cocodrilos “romeos” del mundo.

Fue así que apareció Beto para casarse con Julieta.

Cuentan que una noche a Beto le dolía un diente y fue al dentista.
Y Romeo aprovechó para dejarle las encías cadavéricas

EN CHIAPAS, COMO EN EGIPTO, CINDY

Ilustración: Claudia Pon Cáceres



Quisiera fumigar sarcófagos
y disolver momias en mercurio
y con ello construirte un carruaje
de Volkswagens

Escribir “pez” y que con ello
se derrame tu pecera y el agua
moje tu blusa y corra por tierra
para cultivar esas dos flores altivas
que me hacen gritar ¡caracoles!

Decirte que te quiero
sin temblar como los rascacielos
y que la esclerosis sea un corredor
de diamantes para regalarte
un corazón con casita y arboleda
en cada latido mío que se pose
como una gotita en tu dedo

¿Te puedes alzar un poquito más tu falda?

viernes, 13 de marzo de 2009

YO TE PIDO (Y TÚ DICES NA, NA, NA)

Ilustración: Claudia Pon Cáceres.
Yo te pido la canasta de juguetes,
no perderme el duelo de
megalodons y tyranosaurios.
Quebrarle uno a uno las vértebras
al trompo que gira y respiración de boca a boca.

También una maquinita
que lance cubitos de hielo
y ser los hoyos en los ojos
de una calavera.

Igual una caminata de vampiro
por tu cuerpo y ajustar mis dientes
al tamaño de tu ombligo.

Yo te pido una panza llena,
un antifaz de robabancos,
el tridente de diablito
y el parasol de tu bikini
en mi pebetero

Un puente levadizo
cuando se desborden las olas
y botonaduras de plata
para mi –aaaahhhhhhh-
después del primer beso

Yo te pido para las chispas,
relámpagos y cortocircuitos,
tus manos donde recueste mi cabeza
y un cóctel de camarones.

Si puedes, un video donde
aprenda a separar el mar
y una playera del Manchester United.

NUEVA FANFARRIA PARA EL HOMBRE COMÚN

Metro de París. Foto. Nadia Villafuerte.

En Tuxtla Gutiérrez he visto
pasar los días bajo temperaturas extremas,
a veces sentado sobre una caja de zapatos
y pensando en cómo robar un banco.

Son dieciocho años de soledad y exilio,
de no tener amigos,
de ver cómo los regionalismos
parten de la coacción:
de millones de comedores
donde hasta los animales son dóciles.

Han sido tantos años de ir al cine,
de romances fortuitos
y tirar al bote de la basura
-con la náusea que me provocan los cobardes-
el Gulag de sus jóvenes zapatistas.

De ver cómo idiotizan las palabras
“tierra y libertad” los meretrices
de los derechos humanos
y dramatizan con recursos
bastante modestos la tradición
pseudo-humanista de las marchas.

En Tuxtla Gutiérrez he visto
pasar el tiempo en una cancha de frontón
donde refrendo el derecho a morir
junto a mi padre sin la necesidad
del lector común de noticias,
ni de la vocación universitaria
del remedo francés que confunde
el comunismo ortodoxo con propuestas
de legalizar la marihuana
o bien con un ejército anarquista
de madres solteras.

En Tuxtla Gutiérrez he visto
pasar los años esperando el ajuste de cuentas
para pintar como Klossowsky
y escribir como nadie.

lunes, 9 de marzo de 2009

LA VENDEDORA


En México me cerraron
la puerta que da al país
Nicolás Guillén
No supe su nombre
pero parecía una lámpara

No supe su nombre,
si esperaba de mí una moneda,
cinco palabras o un poco de mi sangre

No supe su nombre,
si era una sombra, un desierto
o la roca de su iglesia

Quizá no era necesario nombrarla
ni conciliar tormentas bajo la sombra

Eran los corredores de sus ojos tristes,
su corazón de terciopelo blanco

No supe su nombre,
sólo recuerdo el fogón
y sus pequeñas bestias de fuego,
cómo la miseria bosteza cristales
que se rompen al rozar miles de Cristos,
cómo en doce horas la venta
se reduce a ninguna nube.

No supe su nombre,
sólo la vi caminar,
envolver con su falda
grillos y estrellas

Y pensé en mi madre,
en la soledad de las señoras grandes

No supe su nombre
pero parecía una niña
al comerse sus dulces

Una cajita de fósforos
es todo lo que ilumina su vida.


Marzo, 2007; Oaxaca, México

SIEMPRE QUISE HABLARTE



A Cindy

Siempre quise hablarte,
colocar en tu nariz
-como si fueran gotitas
de diamantes-
los cráteres desolados
de la luna llena.

Quise también ponerle
tu nombre a la calle
donde vivo,
y aventar a la pecera
el movimiento de mis tropas.

Bajar sin zapatos
del timbre de tu alarma
y navegar contigo al Norte
de la sandwichera
con remos de jazmín y romero.

Siempre quise hablarte,
robarte un beso
gracias a las coordenadas
espaciales de mis ojos
de Koala ciego.
Recoger la lencería
que dejabas caer de tus labios
mientras escuchaba The Ramones
y tú fingías hablar con tus amigas
de cualquier cosa.

Y ser importante,
cruzar el Atlántico,
contarte que me han publicado
en España y dedicarte
mi primer libro:
“Para ti, esta aurora boreal de pétalos”

Siempre quise hablarte

WHISKY, TABLES, CERVEZAS Y ROCK AND ROLL*





Ayer me reuní con mis amigos
y dejamos de lado este país
-pongo un ejemplo-
en la manzana podrida
cuyo destino es el basurero
de los mercados.

Mucho importaba el niño
que rodaba en la pendiente
y el whisky con su jardincito
de jacarandas y las mayúsculas
-que entre pepitas y nueces-
se deslizaban en un poema
para platicar lo bonita
que son estas muchachas Del Valle.

No pude, por falta de paciencia
o disciplina, no lo sé
(no soy inmune a los encantos
de mujeres inteligentes y bellas)
dejar de preguntarles a Cristina y Anthony
por Cindy ¿Cómo es? ¿Dónde trabaja?
¿Qué mapa utiliza para comprar el pan,
la patria de Heminghway, este corazón
rojo de tanta bebida fría?

Dudaron un segundo aventar
a la mesa llena de cervezas
el grupo fulminantes de respuestas.

A veces estos ojos alcanzan a ver
la noche en su más precaria
condición de guardián y vuelven,
con su cansancio de indigente
o de perro que se aleja,
a las espinas del mismo edificio
donde incendiamos libros
que jamás valieron la pena.

Si bien estuve triste por tu boda
-intersección de dos círculos
y síntesis de los opuestos-
el amor no solo es un asunto de palabras,
es también perder el rastro del ave
que remojaba sus alas en las tardes azules
de un Bonafont tan malabarista y tragafuegos.

Alguien sugirió leer Mujeres Enamoradas
de Lawrence, pero yo pido jugar
futbol con tus hijos y arriesgar la vida
con los mismos amigos, los de siempre,
antes de sonar los tambores por las promesas
incumplidas de amantes que prefieren el fracaso
y no las treinta monedas de plata de moteles
que hoy son cenizas.


*Poema escrito bajo la influencia de la canción Whisky in the Jar de Thin Lizzy

jueves, 5 de marzo de 2009

EMBRUJO (HAZME PUERQUITO PERO NO ME DEJES)

Porque una no basta

Ella me vio directamente a los ojos
y lo tomé como una llamada equivocada,
presagio de tormenta entre comidas,
un lunes a domingo sin pijama,
un cuarto y medio de rendija
donde todos me observan
¡Qué vergüenza!

Ella me dio de beber sortilegios en la boca
y con su traje verde y negro
-azafrán de los vientos cardinales-
me despeinaba con sus dedos
de murciélagos y sauces.

Ella me vio directamente a los ojos,
tic tac de perros negros y voraces,
fiesta de cuervos atrapados
en globos de colores.

Ella me vio a los ojos y mis ojos
le dedicaron rondas de flores
antes de que el embrujo la obligara
a comerse las uñas por lo inestable
de la fórmula “Hechizada”.

Pero nada la detuvo:
“Oro, plata y bronce,
cintas de tenis, gomitas de sabores,
calles de Lima, ratones de aceras,
chichones de tu cabeza
¡Que este niño me sepa
a taco de carnitas!”

MI AMOR DE LA PREPA (poema unplugged y country)

Noche madrileña. Nadia Villafuerte, eterno amor de la prepa


Mi amor de la prepa
es una malteada compartida,
ella falda azul,
yo pantalón de mezclilla

¿Te acuerdas?

Mi amor de la prepa
es un beso bajo la escalera,
ella con tobilleras,
yo con mis Converse de tela

¿Te acuerdas?

Mi amor de la prepa
es bailar bajo la luna de los 80,
ella Toto, Reo Speedwagon,
yo Motley Crue y expulsado de la Etca.

¿Te acuerdas?

Mi amor de la prepa
es saltar al borde de los huracanes,
ella leyendo a Flaubert,
yo sumando kilómetros a lo largo de sus piernas.

Mi amor de la prepa
es morder los mismos labios,
ella al cerrar los puños,
yo al esparcir semillas al aire

¿Te acuerdas?

SANDMAN

Una más de la barra 51. Foto: Armando Domínguez.

Quisiera saber qué ha pasado en los últimos días,
si a manera de concurso rompimos ventanas
o perdidos en el interior de un foco
alumbramos cocodrilos debajo de los puentes.

Si fuimos niños o pájaros mordaces,
una calle solitaria, el sicario que levanta la ceja
en la esquina o tan solo la edad incierta
de esta memoria inmediata.

Quisiera saber por qué los peces de colores
no respiran en la tierra
si con toda suerte de bondad
no les es suficiente la muerte.

Quisiera saber por qué la luz en el agua
hace de la vida el carnero
que muere violento en mis manos,
si soy el inicio de la palabra demonio,
pasadizo, metal o desierto.

Si de aquel niño sólo quedan
ciertas misiones asignadas
como el correr a casa,
untar mantequilla al pan,
cerrar los ojos, vencer a Sandman
y repetir hasta el cansancio
no le tengo miedo a la oscuridad
no le tengo miedo a la oscuridad
no le tengo miedo a la oscuridad
no le tengo miedo a la oscuridad

TRANSYLVANIA

A 25 años del mítico disco de Iron Maiden

Desconozco si los superhéroes van a la cama,
si en cada vacuna hecha por alemanes histéricos
se incendian árboles en Transylvania,
si en un remate de murciélagos el evangelio
de la muerte quepa en un sólo vehículo,
si el diablo que mordisquea mi ojo escupe sangre
por los cirios encendidos en el velo de mis cortesanas.



domingo, 1 de marzo de 2009

ALL MY LOVING, CALIXTA


A Cindy Canel, bellísima representante de las señoritas Del Valle en Chiapas
Uno siempre es fan
de niñas bonitas como tú.
Y no es que te vea
como ven las tortuguitas
en cautiverio,
pero estos ojos de por sí
son dispares en distancias
y geometrías.

Me han dicho,
Cristina y Anthony,
que vuelas cielo adentro
de lámparas porque detestas
los miércoles de ceniza

Uno siempre es fan
de niñas bonitas como tú.
Y no porque desde esta
orilla empedrada levante
las flores que caen de tu minifalda,
sino porque uno permanece ahí,
como el poema que escribes
y dejas olvidado por un tiempo
sobre tu escritorio de pino y paja.

Me aseguras que vuelas
por las noches en tu
escobita de colores.
Y yo te creo.
Por supuesto entierro
la cabeza cada vez
que te veo los calzones,
no sea termine en estatua
de sal o por falta de oxígeno
me muera de amor
como los apaches:
con la cara roja de echar
campanas al aire.

Con todo mi cariño

Chincho

NICOTINA Y DESEMPLEO

Las curvas de Nadia Villafuerte. Foto: Eduardo Rodríguez

A veces no son las mañanas calurosas
con su paladar de alacranes en los valles de Tuxtla,
es la falta de detalles significativos a la hora
de reducir de diez a seis kilómetros lo que nos permitiría
vivir con decoro.

Supongo que alguien quiere guiarnos
mediante autopistas a cielos más luminosos
y al “no circula” un día a la semana.

Se trata –pienso mientras escribo el poema-
de convocar al mayor auditorio posible,
a profundizar relaciones entre todas
las cosas insignificantes, solicitar un crédito,
y si no, volvernos especialistas en marchas

A veces, de 9 a 3, eres víctima del narcisismo
de los cajeros automáticos y ves cómo Dios se dispersa
al rojo vivo de una bala que ciega todas las miradas.

Huyes.

Tuxtla Gutiérez, Chiapas; Méx.

AL CORAZÓN HAY QUE TOMARLO POR LOS CUERNOS

Barra 51. Foto: Armando Domínguez

Un día cualquiera, ustedes saben, que jugaba a ser Jesse James y comía panecillos recién horneados, mi corazón se apretó contra los cristales del amor a velocidades propias del sonido.
-Estás enamorado- me dijeron

Pero han pasado tantos años que el Viejo Oeste es un cactus de utilería, espantoso formato VHS, cartuchos sedentarios de un Attary sin tele.

Quise decirte –te quiero- pero me operaron para ponerme un marcapasos.

Algo falló. Este es mi epitafio.