martes, 31 de diciembre de 2013

DEJARSE CAER


Nada nuevo: la mejor actriz nominada al Oscar
es una princesa, los héroes piden limosna en Bombay,
o buscan a Pappo en Buenos Aires
o hacen el recuento de las personas que nos dejaron
tras jugar futbol por cuarenta años en la tierra sagrada
de una secundaria técnica

Una pena lo de Schumacher,
los muros de cadáveres que levantan las guerras,
la tómbola indolente de las fiestas navideñas,
el tobogán de hielo en el centro,
la sonrisa idiota del “pueblo” –como un lumínico–
en los edificios de enfrente

Nada nuevo: exagero los números del Superbowl,
miento cuando digo que no me afectan los insultos,
que esta ciudad en un bien que se le desea al otro,
que (uy) me conmueven sus tradiciones,
las ferias y reinas por cada mes del año

Una pena que se nos acabe el vino tinto,
las ganas de vivir,
el país que nos vio nacer

Luis Daniel Pulido


31 de diciembre, 2013

lunes, 30 de diciembre de 2013

YO, CHINCHO

Rolling Stones, por Wolman

Me dice la terapeuta –tengo problemas 
de conducta y con los periplos de guerra 
que esto provoca– que el barco pirata 
del que te hablo en realidad es mi casa. 
Simple. Directo. Sin mentas de por medio 

De repente no hay herida, historia, 
retinas con yacimientos en el centro 
de la Tierra 

Dice, además, que tengo cuarenta y tres años, 
que en mis huesos se sedimentan golpes 
y cinco fracturas, que en mi corazón 
no hay cajitas para abrir y lo más triste: 
Que yo no inventé la pizza 

Luis Daniel Pulido

viernes, 27 de diciembre de 2013

HACIA LA MISMA PLAYA, CAPITÁN AMÉRICA

Estrella del Valle

Compartimos una afición: correr sin fijar
un punto en el cronómetro,
sin carearnos con récords anteriores

Corremos porque, uno: huimos de los mosquitos;
dos: en ese estado no nos urge la palabra;
tres: la tecnología ha hecho de los tenis
lo que no hace por nosotros el psicoanálisis

Ella ha sido entrenada por el ejército de los Estados Unidos,
y cruza la calle y alinea –con el golpe de sus zapatos–
una fila de hombres que le dicen que la aman

Ella –altiva por su rango o porque se lleva
de pelos con el viento– se deja ver como Marilyn
en una moneda al aire

Y muchos esperan su día de suerte,
no saben que ella y yo vemos en el mar una salida:
un barquito de papel hace que corramos a la superficie

Ya despiertos iluminamos la noche con velas
y le prometo: jamás nos perderemos

Luis Daniel Pulido

Cuartel The Avengers, diciembre 2013

jueves, 26 de diciembre de 2013

FRESAS CON CREMA*



No hemos inventado nada nuevo,
nunca nos lo propusimos:
ni precio ni valor ni formas ni texturas;
el amor, por sí solo, confirma sus propios tips,
los pequeños estantes de libros,
nuestras canciones favoritas de Morrisey

E hicimos el amor, fuimos a una feria,
escribiste tu novela y yo ese poemario
sobre ciegos

E hicimos el amor y te dije te amo
y no contestaste

No esperaba que lo hicieras,
sabes de mi delirio por el vértigo,
por la pulverización total de eso que llamas
bonitos recuerdos

El amor, después de todo, es atisbar
desde un barco un avión o libros que se cierran,
un hogar hecho a base de números de una cuenta
que me permite darte puñaladas y lanzar al aire
burbujas de sangre sin que me dé hipo

No hemos inventado nada, y no hace falta;
ambos tenemos la misma cantidad de dardos entre los dedos,
el mismo árbol que crece a la derecha,
la misma pasión por devorar y llegar hasta el fondo de la misma
caja de fresas con crema

Luis Daniel Pulido

*Del libro BRUCE WAYNE Y LA GENERACIÓN X, de próxima publicación en Ed. Sophia


BÄDI




Bädi es un proyecto musical de Ariané Guesua y Valentín Garbo; y llegué a ellos por los vínculos afectivos que conservo en Guadalajara; vía –también– las hermanas Beajuean; vía –también – porque soy un melómano.

Sé que en la música como en la literatura las propuestas son posibilidades de; y en las posibilidades de, hay toda una industria –no exenta de delirio– por el éxito a toda costa. Pero no todo el mundo se mueve a ese paso incesante y deshumanizado. Bâdi es una totalidad sensual, un pasaje de las Mil y una noches, la ola que se rezaga de la otra, una tarde en Praga.

Y en un país donde se ha apostado al ruido y la violencia, Bädi ofrece un conmovedor escenario de canciones elegantes, suaves: el relámpago que recorre la espalda y nos marca la piel para siempre.


Luis Daniel Pulido

martes, 24 de diciembre de 2013

CAMA 73


En los hospitales uno ve un cáncer
de un kilo doscientos gramos,
sondas y toda esa urticaria
que el cuerpo enfermo drena;
también unos ojos –bellos ojos–
aguamarina que salvan y seguro
son tapatíos

Hay médicos –juniors– con nombres
como Ricky o Axel y equivocan
diagnósticos, balbucean, evitan
verte a los ojos;

Y no esperes que te devuelvan
las llamadas, son tan responsables
como los cazadores de ovnis
o los que ganan Jeopardy

En los hospitales estas cosas pasan;
igual el Ambroxol te calma la tos,
los nervios y por mil pesos se consigue
morfina y todo llega a buen puerto:
médicos y yo intercambiando pelis
de cine erótico

Luis Daniel Pulido


Foto: Cazaluz arte

domingo, 22 de diciembre de 2013

YA ESTOY AQUÍ


Marina se fracturó una pierna
y quise darle la mía,
que sambita y peluda la sostendría,
la haría brincar como Isinbáyeva

Quise, pues, darle mis huesos,
uno a uno, blindar sus pasos,
que no derramara gota de cerveza
en caso de tropiezo o traspié
o dedito gordo en un zapato que aprieta

A Marina –me dije– todo:
el mar, una férula, la luna llena

Luis Daniel Pulido



sábado, 14 de diciembre de 2013

Y VOLVEREMOS A CASA MÁS ALTOS MÁS FUERTES




Qué solos estamos mi madre y yo,
borrados de agendas de teléfonos,
de marquesinas con grandes letras

Extraña –me dice– el olor de la canela,
el sonido del arroyo de su pueblo:
San Pedro Buenavista, en Chiapas, México

No sé si su pueblo exista,
si la iluminación hace a las enfermeras más feas,
si los videoclubs nos llevaron a la quiebra

Mi madre y yo estamos solos:
sin Navidad, fiesta de cumpleaños,
cafés en Starbucks

En Hong Kong –veo el horizonte–
alguien apuesta a mi nombre
–el recibo incluye seguro médico–
por un par de peleas

Algo tengo de boxeador irlandés,
tics de gánster en los dedos,
cicatrices desprovistas de etiqueta

Mi madre y yo estamos solos y no nos hace falta nada:
venderemos alfombras y regresaremos a casa,
chance formemos una AC o una fundación para salvar tortugas pintas

No sabemos

Luis Daniel Pulido

4 de diciembre, 2013







martes, 3 de diciembre de 2013

ANTES DE REMAR A CUALQUIER PARTE


Tengo tantas cosas qué hacer –enviar libros, 
visitar fiscalías, organizar ideas, asear a mi madre–
que no dejo de sentir los dedos mugrosos de dios, 
su silencio ratonero moviéndose en mi pecho;
al fin: dedos de un tirano que teme a las secuelas 
y de ahí, supongo, su insensatez por manifestarse 
en el grito de los cerdos en el rastro, 
en las gallinas despescuezadas y sin plumas en el agua hervida, 
en las reses cadavéricas que cuelgan de anzuelos, 
en las vísceras de animales y la mierda de ofertas

Luis Daniel Pulido

lunes, 2 de diciembre de 2013

EL REY TIENE UN ARMA



He descubierto otros principios
que no son morales ni éticos,
tienen que ver con tu cuerpo,
con la piel y tu sexo,
con ese hilo de saliva
que asemeja una boca abierta,
el cosquilleo de una sonrisa
chiquita

He descubierto que el amor
no es un plan de estudios,
disputas por honrar la tradición
e historia de un país que no
nos sirve de nada

He descubierto que el futuro
es anónimo y obligatorio,
que hay orgasmos que al tomar
la primera curva se estrellan
a mansalva en tu cabeza

Estamos solos y lo único
que nos salva es tener
un arma en las manos,
lo demás depende si es
un asalto o la guerra
contra el narco,
o llevar –puntual– la comida
de nuestros hijos:
que aprendan a caminar
sin temor sobre el charco
de sangre y donde cada
uno doble la esquina
que más le convenga


Luis Daniel Pulido

Y CON USTEDES LUIS DANIEL PULIDO


miércoles, 27 de noviembre de 2013

MONTAÑAS


A mis veinte años tuve una sala de lectura;
enterraba a mi padre, viejo héroe de las montañas
de Chihuahua y de Telégrafos Nacionales
                        
México era más parecido a la Alemania de Goethe,
a los banquetes medievales: barbacoa sin cubiertos,
cabrito hasta que reventara Dios padre

A mis veinte años esta imagen: Ramón Xirau al piano,
un tal Foster en Montjuich,
un nido –de algo– en el Halley

A mis veinte años el norte de México en los novelistas rusos,
asaltos de Bancos, discos de Eric Clapton

Mi padre lo supo:
íbamos a contracorriente,
a quedarnos solos:
suficientes pruebas de estupidez arrojan las guerras,
los conciertos de El Recodo, a lo que hemos llegado:
un mar de decapitados


Luis Daniel Pulido