miércoles, 30 de abril de 2014

UN ESQUIMAL EN CAMPOS ELISEOS


A Gina; te amo. Feliz día del niño


Puntuales, por las mañanas,
nos buscamos en Facebook;
sabes que te escribiré un poema,
sabes que soy el hombre más solo
de estas tierras,
sabes que en el Día del Niño
tú eres mi único amigo;
que te amo, como dicen los clásicos,
“con todas mis fuerzas”

Así las cosas: Tú en Guadalajara
enseñando pierna,
con la ventana iluminada
de tu móvil cuando te marco,
cuando celoso pregunto
por exilios y condenas,
por tus amigos –pobrecitos–
de capital Emo y anexas;
que, vamos, tus ojitos son míos,
y tu corazón y tus discos y tu iPod
y, ah, tu cuerpo

Y sabes que no faltan los libros,
la música, las discusiones me cuentas
tienes con tu familia;
mi nostalgia por mamá

Sabes que sin ti soy ciego,
suicida, friolento,
un esquimal en Campos Eliseos

Y por eso –de ombliguito a ombliguito,
corazón a corazón, besitos de lengua,
Historia del rock por todas partes–
nos encontramos;
y de nuevo esa ciudad tuya
–Guadalajara–,
y de nuevo partir en barcos
al mar del que tanto hablan los abuelos:
a veces yo con mi trajecito de ninja;
a veces tú como Alicia;
a veces yo como el Cocodrilo Dundee;
a veces tú como Cleopatra;
a veces yo como El Hombre Araña;
a veces tú como poster de Playboy
en mi cuarto

Así los días contigo:
hacer la cama, levantar mis libros,
jalar el anzuelo

No te vayas nunca de mi lado

Luis Daniel Pulido

martes, 29 de abril de 2014

MI NOVIA ES EMO Y QUIERE QUE SEA SU ZOMBI CHONCHITO


A Gina 


1
–No adelgaces –fue lo que me dijo; una petición que ninguna novia antes me había pedido, al contrario: siempre se me exigió dieta, correr en las mañanas, raciones de comida con pocas calorías, replegarme en caso de un ataque de pollito con mole.

2
Ella se llama Gina y nació en “emolandia”, un lugar donde sus habitantes están tristes y son “gruexos” y no se conmueven: son fríos como el hielo de Alaska, como un cocodrilo bajo el huanacaxtle, como los lagos congelados de Toronto, como las cervezas del Extra.

3
A Gina le he regalado flores, chocolates, una ranita. Las flores se marchitaron; los chocolates la pusieron rojita y fue la primera vez que me dijo “te quiero”; la ranita la partió en dos y se la comió con mostaza y kétchup y semillitas de girasol. No lo vi, me lo dijo y le creo.

4
Ella es así: se viste de negro, ata cabos con el doctor Frankestein, el grunge de Kurt Cobain, La náusea de Jean Paul Sartre. Y se ve tan bonita cuando dispara esa mirada con la que según ella dice “qué pedo con este güey”; o cuando se lleva los dedos índice y medio a la sien y arquea una de sus cejas y dice “te voy a bajar de tu nube”.

5
Y me bajó. –A los niños en “emolandia” no los traen los Titanes del Pacífico –dijo con voz fría

–¿Cómo?...¿no? –puse el grito en el cielo

Fue cuando me dijo al oído lo que hacen en “emolandia” para poblar de niños su capital. Y la vi más bonita y besé su boca y juro que al pasar mis dedos por sus piernas la melancolía que la habita se hizo una sonrisa.

Hoy, por ejemplo, remaremos juntos en el lago y le pondremos como ella me enseñó limón a la herida; algo que se acostumbra en “emolandia” para no volvernos presidentes de México, o peor aún: periodistas de Chiapas.

6
Les presento a Gina que ve con hambre mi pancita, la que cubro –retro– con mi playera de Ghostbusters.

Gina, con la que veré en México a los Queens of the Stone of Age

Luis Daniel Pulido

YO LEERÉ POR GINA EL PRÓXIMO VIERNES DOS DE MAYO


Para Gina 

El viernes leeré textos de una banda sonora
que va por la libre. Ojalá el tiempo y la visión
particular de la poesía me permitan lo que quiero:
hablar de las pequeñas cosas que son parte del día, 
de la prótesis de fibra de carbono que uso en los ojos: 
besos fermentados en barricas de madera etiquetados 
en Persia por mi mano 

El viernes leeré para ti; prometo darle cuerda
a otras historias, parpadear –entre texto y texto–
enormes sombras de árboles que se deshojan;
platito de leche, aurora de un país africano

Gina: No creo en los poemas hondos y profundos,
prefiero el polvo en las vitrinas, eso que me da la seguridad 
de que algún día estuviste aquí

Luis Daniel Pulido

lunes, 28 de abril de 2014

DANIEL EL TRAVIESO, CON GINA, EN MÉXICO


Para Gina


Eres lo más importante en mi vida
–dejé la casa, mi madre está con su hija,
trabajo en reparar naves espaciales,
y lo mejor: traeré a Trino monero,
novedades susceptibles al aplauso–;
estaremos, pues, bajo sospecha:
¿Quién mató al sheriff, degolló patos,
envenenó al gato de la esquina?

Escribiré tu guión de cine, un poema,
historias que te abran la puerta

Y besaré tu boca y ya no tendrás
nada qué hacer: me bajaste de la nube,
prometiste no enamorarte;
y sin embargo la realidad, 
con el cronómetro en ceros,
nos reunirá –tú en avión
y yo por carretera– 
en un concierto de rock 
en el Estadio Azteca,
donde –por fin– seremos novios
y nos veremos desnudos en los espejos

A mí, si me permites, del lado derecho de la cama

Luis Daniel Pulido

jueves, 24 de abril de 2014

NO TE VAYAS CON LOS DE GREENPEACE, PORQUE…

Gina

Para Gina

Me he distanciado, triste, porque no soy
un especialista en cocodrilos,
ni traspaso con mis manos los muros
y una mantarraya en el cielo no es una lectura lógica.

Quisiera no abrir los ojos,
citarme con la muerte en el bibelot de una estrella fugaz,
disolver el aluminio de un Alka-Seltzer y meter la mitad
de mis dedos en el agua para sentir lo suave que es el incendio
un día después de perderlo todo.

Quisiera que la muerte fuera como el sonido de los insectos
que revolotean alrededor de la luz,
un memorial de sedantes costeando kilómetros de sueños rotos,
pequeños pasos en la noche

Esconderé mi reloj en la playa entendiendo
que el oleaje es la única fiesta que me queda.

Luis Daniel Pulido

sábado, 19 de abril de 2014

COCHINITO


A Gina
Mar –pasillo largo de caricias–,
linaje de adolescente,
de luces cuando abres los ojos
y te das cuenta que estás
en tierra firme –sin nada–
entre mis brazos,
blanca como la nieve,
con mi lengua en tu cuerpo
como una descarga de peces sueltos,
con la vasta curiosidad de a quien
lo que menos le importa del amor
es su pureza

Así te tomo y te levanto
–desnuda–
sobre mi cuerpo

Luis Daniel Pulido


18, de abril, 2014, en Las Guacamayas, reserva ecológica del estado de Chiapas; México

lunes, 14 de abril de 2014

INCENDIAR CIUDADES PARA NO SENTIR FRÍO




Para Gina
Nunca he sido espiritual, buena persona,
soy el sueño atormentado de mi madre;
volé en primera clase en una aerolínea
que extremaba medidas de seguridad
–como si esperaran ver a un camello
lleno de explosivos cabalgando por las dunas
de un desierto que sólo ellos miraban–
y donde, en señal de paz, bebíamos vodka o whisky,
en realidad no recuerdo

Quise rezar, cerrar los ojos, incendiar el avión
y ser tierno; quise enviar siete perros que olfatearan
el piso para ver si Dios va en un barco pesquero,
en la horda de luces de avenidas,
en un pelotón de mendigos o como simple agente de la DEA

Lo único que sé es que a veces me da por matar
a sangre fría las cosas simples,
poner en la mano derecha periferias y arrabales
que cuando apagan las luces disparan a quemarropa
la furia y el hambre

Lo demás –si les parece cruel– lo entiendo

Luis Daniel Pulido







miércoles, 9 de abril de 2014

UN AMOR DE ALTURA



A Gina

Gina es más alta que yo;
no mucho: un par de centímetros
sin pelito parado ni botas
de Gene Simmons

“Caray, Luis Daniel, no por ti
me voy a privar de usar tacones, pues”,
me dice la tapatía más tapatía lanzando
globos al aire

Y puse un ejemplo: Tom Cruise
y Nicole Kidman,
un asunto de alimentación:
Gina nació en cuna de oro
y yo en camita de paja,
soy –es claro– pollito de granja

Qué importa –aunque sería
la primera vez– que una mujer
me ve arriba de los ojos,
como Mary Jane a El Hombre Araña,
rayo que surca el cielo a velocidad del sonido,
señal de que haremos buen mole de olla,
nomás acércate tantito

La mano va a la pierna,
goggles para el Súper Esperma


Luis Daniel Pulido


miércoles, 2 de abril de 2014

GRAN JEFE APACHE OJO DE ÁGUILA


Para Gina

Gina es muy joven,
y no sé si llegó a mi vida
o ya estaba ahí
(rubor: intercambio de guiños,
pan de maíz, albatros tembloroso,
patito en el río);
su acento –de tapatía bonita–
está ya en mi sangre:
Yo, Gran Jefe Apache,
rayo del desierto, hemoglobina,
miro –coqueto– sus piernas

Bubububububu

Jao

Luis Daniel Pulido