viernes, 27 de junio de 2014

A VECES, SIN RAZÓN, TE ESCRIBO TRISTE


A Gina

Yo no podré darte cosas importantes:
un premio literario, un gol en Wembley.
Nada de eso pasa en mi vida.

Por las mañanas salgo a correr,
y cuando regreso a mi cuarto
–estación de tren en el reloj de arena–
ya no salgo de casa.

A veces corrijo un texto por cien pesos,
voy por manzanas, pregunto quién juega al mediodía:
si el Bayer, el Athletic, si son de ida y vuelta
o todo termina en un error del árbitro,
o porque de hace tiempo lo que menos importa es el espectáculo,
el dribling sanguíneo del juego bonito.

Carezco de cierto don matemático a la hora de sumar amigos,
no concedo unanimidad a lo que me cuentan,
no creo para nada en los motivos de su fiesta –dicen– grande.

Aprovecho, como todo buen depredador,
los accidentes de la naturaleza:
una buena tarde en el deportivo,
un perro que me lame la cara,
un disco de Led Zeppelin en concierto,
un libro de poemas de Walcott,
un rayo que reacomoda la energía eléctrica.

Así la noche y el sinfín de lugares en el Universo.

Espero, amor mío, que nos basten dos sillitas de madera.

Como ves, yo no podré darte cosas importantes.

Luis Daniel Pulido


Chiapa de Corzo, Chiapas; México

miércoles, 25 de junio de 2014

ROCKET BROTHERS


A Gina

Me has regalado días extraños,
a mí: niño malvado bajo el árbol,
hilera de luces que se apagan

Que te he robado el corazón,
es posible: hay dulces de leche,
ojos del lector, una luna llena

Somos –a la mirada de los demás–
un par de solitarios, un laberinto de maldades

Somos la Ciudad de México a las cinco de la mañana,
el mes de abril que me hace falta

Me has regalado los mejores días de mi vida,
la retina de Dios que se contrae:
el alba y su mancha en mi camisa que no sale

Y lo mejor: hemos aprendido a hacernos bolita

Luis Daniel Pulido


lunes, 23 de junio de 2014

EL MAR QUE NAVEGAMOS


A Gina, mi pareja, mi mejor amiga

La vida pasa entre Pascual Bruckner,
criterios de táctica fija,
paredes de centros universitarios

La vida –página liminar, consuelo de vivos–
es esto, es aquello, un paréntesis,
una frase en un globito de Cabrera Infante

Tomar café a las nueve de la mañana,
llevar temas a conversar a la sobremesa;
un habano –Pulido– como tributo a los hoteles
de mala muerte que visitaste,
aquellos tiempos de activista,
de fases que culminaron en la barbarie

A los cuarenta y tres años se platica mucho:
de rock, de libros, de soccer

Así la vida pasa en la dieta baja en sales,
en Wordsworth, fallas en el suministro de energía,
velas de parafina, Diálogos de Galileo

La vida –estrellas fugaces, ranita en el estanque–
es un asiento para niños,
ilustres visitantes del Espacio,
las antenitas de vinil que detectan la presencia del enemigo,
la casa de cedros en Guadalajara,
el guiño –burbuja de jabón en el aire– que explota
y deja ver el sol más luminoso a un par de recién nacidos,
acto de fe que bendice el mar que navegamos:
girasoles a la vuelta de la esquina,
mantarraya soñolienta a un par de calles

Luis Daniel Pulido

21 de junio, 2014. Chiapa de Corzo, Chiapas; México



lunes, 16 de junio de 2014

Y EMPEZAR, CUÁNTAS VECES SEA NECESARIO, DE NUEVO


A Gina


Cuando se es mucho mayor que la pareja
–hoy yo soy mayor para todo–
se asume un  tono regañón,
de cultura general hasta en los mínimos detalles:
el que provee, tiene derecho a colgar el teléfono,
a irse con los amigos –no me interesan los tuyos–
a disfrutar los mejores horarios del Mundial 14;
a muestras de cine, las maravillas helénicas,
libros de los que según yo no sabes

La edad, en mi caso, me ha hecho un tipo celoso,
y por ello  –joven y bonita– estás bajo sospecha:
me vuelvo cínico, caradura, egocéntrico

Que fuera de mí sin tu cariño,
sin la voz en alta  –la tuya–
cuando exagero la victoria de un texto comentado,
de otro pato  –en este caso de papel– sin cabeza

Que fuera de mí sin tu amor,
sin las discusiones de tu dicción,
tu falta de acentos en tus demandas
escritas de tu puño y letra,
por tu universo idílico con el rock,
por las carrozas que a medianoche
se vuelven calabazas por culpa del soccer,
modelos de la Europa del Este

Que fuera de mí sin las canciones que me compartes,
cintas de películas de cupidos que se ganan la vida
en Blockbusters

Así espero la noche,
a que llegues a casa,
a que bese tu frente,
a que empecemos de nuevo

Luis Daniel Pulido

EL HOMBRE DE ACERO SE CONMUEVE

No buscaré –esto no es un poema cursi–
tener las palabras correctas,
calles de doble sentido,
las últimas cifras del Discovery

Sabes que te amo,
que en la escala planetaria
de la poesía intergaláctica,
a quién le importa globalizar el silencio,
el faro en la niebla, calzarse los zapatos,
irse por la derecha

Importa llegar pistola de agua en mano,
robarte un beso, meterte un susto;
lo sabes, que como cuando niño,
me vuelvo Indiana Jones sin el medicamento

Y te juro: cómo quisiera escribir cosas lindas:
“feliz cumpleaños Gina, feliz cumpleaños a ti”,
pero soy un hombre malo,
de pesadilla en la calle del infierno,
de patitos asesinos, de perros de reserva;
de llevar –apuesta contra el tiempo–
un poquito de tierra en el ombligo

E insisto: cómo quisiera escribir cosas lindas:
proyector de películas, Metro Goldwyn,
dos bribones, cumpleaños en París

Y doy fe: un hombre con las manos vacías
da todo lo que tiene: un libro al aire libre,
islas del tesoro de la nada,
la conquista del Espacio en un par de binoculares

El mar, el mar lo dejamos para otro día

Luis Daniel Pulido


jueves, 12 de junio de 2014

YO, QUE TE QUIERO TANTO Y ME RASCO MI PANCITA


Para Gina, por llegar a mi vida en un cometa luminoso


No contamos los días que llevamos juntos,
no creemos –supongo– que los aniversarios
tengan algo de catedral londinense,
coro de niños, agobios por la supervivencia

Hay –primera parada– un concierto
de los Queens of Stone Age;
hay –segunda parada– una señora
que convencer en Guadalajara;
sí, eso que los ideólogos de la mala leche
llaman suegra, mamá postiza
–condición humana– 
el rayo sobre la cabeza

Cero Asgard, Carmina Burana,
el medioevo

Paz a los hombres de buena voluntad,
los icarianos, los que veremos el Mundial

Paz

No contamos los días que llevamos juntos,
las salidas en falso, los celos de ella,
la danza de guerra:
untar aguacate a la galleta,
abrir una cuenta mancomunada,
lanzarnos desde el bungee
más alto de Islandia

Luis Daniel Pulido

Chiapa de Corzo, Chiapas; Méx. 10 de junio 2014. 21: 24 horas, noche, muy noche

CUANDO LAS LUCES SE APAGAN Y LOS LIBROS DICEN MUCHO



Sé que no es fácil ser mi novia, tengo cuarenta y tres años 
y sumo tantas ex parejas como mundos fantásticos,
testimonios –algunos sencillos, otros rayando en la tragedia– 
que a pesar de todo (me escriben) guardan, sin rencor, 
mi playera conmemorativa de George Harrison

Y agradezco que sigan pensando que en mi corazón ronda el ratoncito 
de la suerte y todas esas cosas que inventaba y se publicaron en un libro 
–válgame una fanfarria– en una colección universitaria

Y se fueron y en su momento estuve triste: hubo cocaína, whisky 
y eso que Cabrera Infante llamó “gotas de sangre negra”

Hoy salgo a caminar por las calles, y me pierdo en esa violencia contenida, 
en el coágulo que me deslinda de la estúpida música norteña; 
coágulo de cuartos oscuros y vacíos que sólo permiten los sonidos
de un tal Roger Waters, de un señor de nombre Eric Clapton

Hoy, por ejemplo, amanecimos rodeados de libros

Con Gina, a mi lado

Luis Daniel Pulido

domingo, 8 de junio de 2014

LOS ESQUIMALES NO SE RESFRÍAN


A Gina las lluvias le provocaron un resfrío, 
se mantiene –aunque ya no los tenga puestos–
en sus tenis mojados, con su blusita azul
y su faldita a la que aplicamos el efecto
Marilín (como dicen los españoles)

Y yo, feliz, como si nada, sano

Debe ser el gym, mi súper poder, mi concha con nata

Pero Gina está enferma y tiene exámenes
y los exámenes exigen abstractos futuristas, 
arcoíris sueltos

Soy el quarterback y la cuido: le lleno de miel 
su ombliguito, le froto alcohol, mojo sus labios

Y le digo corre, corre pero no corre

Y la abrazo y junta sus pies a los míos
y dedito a dedito el mar que inunda
los laberintos, la seda de los espejos,
el calor de su cuerpo

Tu árbol de frutos llena de amarillos la tierra

Luis Daniel Pulido

SEAN CONNERY ESTÁ A DIETA


He tenido algunos problemas de salud,
y lo atribuyo a que ya rebaso los cuarenta años,
a que el reloj digital y el control remoto me son indispensables,
a que la regadera abierta sobre una de mis rodillas parece ser
el fin de mis años jugando futbol en la gran Cortina de Hierro, 
los domingos por la tarde, Cómala del césped sintético

Que es el cartílago desgastado,
que la destrucción empezó en Munich,
proteómica en la programación de estepas,
dólares anuales, el desgaste de células

Y estaría triste sino fuera porque Gina me habló 
de lo que es su vida: pequeñas cápsulas informativas, 
track 302 del rock argentino, fiesta en la azotea, 
tentación de no conseguir empleos antiestéticos

Sumar y sumar naufragios que acumulen capitales
y no unicornios de los viejos barrios de Europa

Bailar y bailar frente al espejo:
Dos olas simultáneas que alcanzan
la arena en la playa 

Luis Daniel Pulido

sábado, 7 de junio de 2014

POEMA BAJO LA LLUVIA CON BANDERA A MEDIA ASTA

Cristina Brondo

Lo sabes, Tania, que no creo en el arte y sus términos
de calificación según el autor, según la crítica

Creo en lo que provoca sonrisas, postales, sorpresas

Y que si la poesía y los nuevos talentos y el gran espíritu
por el verso, la carne, el bostezo

No se pueden evitar

Como está el país –olvidemos la poética y sus mecanismos–
urge asumir papeles decisivos:

Marchar, disparar, tomar las calles

Tania: este es mi pecho y va por delante

Luis Daniel Pulido