viernes, 30 de noviembre de 2012

LOS DRAGONES NUNCA SE EQUIVOCAN

Foto: Carlos Nunez

Hoy desperté –es viernes– en el punto cero de las quinielas,
sobre el alfabeto sagrado del soccer para ganar dinero fácil.
Y te soy sincero, me dije “debo escribirte un poema”,
inventar nuevas operaciones que no sumen la concepción
inédita del lenguaje, al contrario, que nos enseñen a respirar a oscuras,
a encender sin miedo la luz del baño, hacer de las cosas sencillas
ciudades que no sumen stops o esquinas, que sean tablas de surf,
tardes en Termini, Viena, San Petersburgo, deditos manchados
de Nutella

¡Yop!

Luis Daniel Pulido

domingo, 25 de noviembre de 2012

LINDA MUJER DE OJOS AZULES

Foto: Carlos Nunez

Que eres mujer prohibida dice el método cervecero
de los trovadores mexicanos en su canto “jondo”
en esas cafeterías donde hasta el Che es un tirano
del marketing, ave de paso, antítesis de Lezama Lima

Que eres mujer de otro hombre, sí;
que estás bien casada y eres feliz con tus hijos,
que tu familia es una ciudadela de paz y alegría,
puertos de luces que avistan el diálogo cordial
de la Nochebuena: la porosidad de la sangre
del niño bendito que nació del tris de vírgenes y ángeles
y no de tu odio al futbol americano, a Bukowski,
al joven Syd Barret

Que das clases de inglés, que algún día escribiste poesía,
que fuiste una Tennenbaum, haitiana que leía a los clásicos rusos;
que los engrapados son cortesías de talleres literarios a los que
ya no asistes

Que la Iglesia, las leyes civiles, el Medioevo de Pablo Milanés
y la “sociología” de un tal Delgadillo te hacen feliz,
madre de dos niños, esposa de un cabaretero
de la contabilidad y la fiscalización de números que no cuadran

Eres linda y sé que en tu historia social está el Washington Post,
el jugo de naranja y la oración por todos los niños pobres de la Tierra

Hechos que no me interesan: voy a enamorarte

Thunderstruck

Luis Daniel Pulido

Domingo 25 de noviembre, 2012

miércoles, 21 de noviembre de 2012

DESDE LONDRES, CON AMOR



A estas alturas no se trata de ganar,
de citar a Verlaine y con ello ser implacable:
Volver la Babel de Döblin un decorado de tesis
y luego publicar en Secretarías de Educación,
subirte a la ola de un partido político y gravar
democracias particulares que avancen
con gran paso

Quise –por hobby, ímpetu, desempleo– escribir
cartas a jóvenes escritores, subrayar en rojo
algunos momentos de la historia política moderna,
pero me di cuenta que eso es demasiado aristócrata,
literario, de rosarios escritos por los dioses del Colegio México
o revistas como Letras Libres o Universidades que como Soriana
son demasiados agradecidos con sus aliados comerciales

Así que hice un tracklist de bandas de rock de los 70,
firmé contratos con comerciantes de Shanxi
y me fui a correr al deportivo con mis bellísimos
tenis Nike originales

De paso, vi hermosos dibujos de Moonassi

Luis Daniel Pulido

martes, 20 de noviembre de 2012

EL OTRO SPIDER MAN (EL ORIGEN DE CHINCHO)*



Dicen que tengo los ojos grandes, y me gusta tener los ojos grandes. Mi nombre, no importa; decirlo me provoca ansiedad pues quisiera ser otro, pero eso sí, conservar mis ojos grandes ya que eso me permite estar alerta. No creo en nadie, sólo en mi mamá y dicen que sí, tengo hermanos mayores que yo, pero no los extraño y mucho menos los quiero. No sé si tengo un lugar de origen, una ciudad en 3D, si debo aprenderme nombres de héroes nacionales, si un caramelo sigue costando un peso y si George Lucas me contestó la carta donde le pedía un Chewbacca con muchas carrilleras; sé que tengo un expediente de 420 páginas, una terapeuta a la que le brinca un párpado –el derecho– cuando me pide que hable, que cuente por qué he decidido no hablar, no expresarme si no es con textos, dibujitos y mi superhéroe favorito: El Sorprendente Hombre Araña.
     Y la escucho, pero me invento mis propios mecanismos de conversación: ella habla, yo parpadeo o escribo Led Zeppelin Helado Sprite Futbol Me gusta esa niña No lo sabe Qué importa.
     No hablar –y que según y debido a cuestiones de diagnóstico– es triste y malo, no me interesa ¿Por qué esa insistencia de querer que uno hable de lo que duele y molesta? Yo he golpeado a muchas personas y no voy a la escuela, estudio en casa y leo y escribo historias. Quizá, y lo he pensado, hablaría con Guillermo del Toro, Tom Brady, Lio Messi, Héctor Miguel Zelada.
     ¿Qué cómo empezó todo esto? Pues como suelen pasar las cosas malas: ser el más pequeño en un grupo de adultos en una noche donde mis hermanos me presentaban como “mi hermanito”, y yo sin poder contradecirlos “no, no, no, que soy el Sorprendente Hombre Araña; qué, no se los he dicho”.
     Una fogata, la playa, la luna llena, la arena, cervezas, marihuana, “el hermanito”. Y el cansancio, el aburrimiento, la oscuridad, y mis ojos que se cierran y la piel sudorosa y caliente de un hombre que dice ser mi amigo y que se restriega en mi espalda. Es un sueño, pienso. Y efectivamente, es un sueño que arde, quema, se incendia y no se hace ceniza. Un sueño que no me permite crecer, un sueño que me orilla a buscar otras playas, un lugar donde vivir sin miedo, un planeta rocoso que me permita ser un Alien carnívoro, o estar en otra parte donde no exista la noche ni hombres sudorosos que te tomen por la espalda y despiertes en el reino de la devastación, la tristeza y la vergüenza.
     No, yo no siembro flores y no creo en la amistad y no me conmueve leer El Principito. Al carajo El Principito.
    No quiero hablar, y sólo pido que se respete mi oficio: deslizarme entre enormes rascacielos en Nueva York.
     Hoy tengo cuarenta años y actúo como un niño violento de ocho años. He consumido todas las drogas que pude y perdí la visión de mi ojo izquierdo, pero tengo un lugar especial a donde ir cuando me siento triste; es una tienda con cristales enormes y donde mis ojos grandes me permiten ver a mi proyecto de novia.
     A veces, con mis superpoderes, puedo estar a su lado sin que ella se dé cuenta y cuando llueve, me consigo gabardina y sombrilla y le ayudo a caminar por la ciudad, y es cuando pienso que sí, sí tengo un chance de no vivir avergonzado y que el PacMan no ha pasado de moda y que los hombres sudorosos y que te toman por la espalda y te lastiman no tienen una Máquina del Tiempo como la que yo tengo.
     Sin embargo algunas veces –me sigue pasando– soy violento y cruel, pero cada vez que pasa voy descubriendo trucos para no hacerlo; el último: comprar muchas pastillas de menta y soplar los cristales de la tienda y decirle a mi proyecto de novia “mira, estás en Nevada”.
     Tengo cuarenta años y aquel niño de ocho años llora conmigo.
     Tengo cuarenta años y mi nombre no importa; dime “Sorprendente y valiente Hombre Araña”.
Luis Daniel Pulido
 * Este texto es parte de la campaña en contra del abuso sexual infantil.

viernes, 16 de noviembre de 2012

MORFINA, TERCERA LLAMADA

Fotos: Carlos Nunez

He vuelto al lugar de siempre. Me acusan de administrar
Koljós soviéticos en los pequeños ojitos de la japonesa
con habilidad para darle pan y sexo a los pobres

Todo es posible –contesto– si organizamos las palabras
como trayectos y no milimétricamente en un pro de lectores
que iremos perdiendo

El asunto es más o menos así:

Desnudarse en moteles se nos olvida al día siguiente,
el amor en tres meses; infectados de morfina: una noche

Seré práctico

Inolvidable es amarse como hermanos incestuosos,
con el alma negra de los reinos ejercidos por la piel

He vuelto al lugar de siempre,
a otra fiesta que empieza y reclama
los clavos de tus vírgenes cabizbajas

Espero que esta sea la primera y última vez

No puedo gastar por ti más de mil pesos

Luis Daniel Pulido



jueves, 15 de noviembre de 2012

SPUTNIK



Tranquilos, ¿qué no es una “rebelde” la próxima presidenta del DIF en Chiapas?

Cinco o cuatro horas diarias a 18 grados
bajo la sombra de cada autor en la biblioteca pública;
hay aire acondicionado, un silencio como el invierno
pulmonar de Siberia y no rollitos, palabrería, de que en Chiapas
se nos silencia en aproximaciones y distancias por decir lo que pienso,
dice el cantante de Úbeda en el pequeño monitor de canciones

Más de quinientos años, bah, para, hasta ahora, darte cuenta,
que “vos” –como dices– eres el larguísimo golpe de la Montblac
del Secretario de Gobierno que nada tiene de relámpago
o de líneas de luces costeras, y sí de matón y de cerdo:
de malvado del Libro Vaquero

Cuánto revolucionario cuyo capital es el mitote, la reprimenda,
“la pieza que cierra el rompecabezas”; eso sí, desde la quincena
y sus novelones de burócratas fastidiosos

Qué pena deducir frente a este cadáver piadoso al que le rezas
cuando exiges derechos y sin embargo, lo asumes, sentadito,
frente a tu lap, como sentencia y que como mal boxeador
le haces juego de piernas, japs que no pegan

Quédate tranquilo. Podrás seguir siendo un rebelde de “medios”,
un subversivo peso pluma o completo, que estás libre de suicidarte
en prisión o por la ejecución de las hipotecas

El Facebook te unge, pajarito agorero, perrito faldero

Luis Daniel Pulido

domingo, 11 de noviembre de 2012

TRISTE





Ya no quiero vivir, Marina. No quiero.
No quiero esta extensa lista de demandas:
sé bueno, no bebas, nada de salerosas bailarinas en la casa,
no el insulto adrede, no más cocaína, no más medicamentos
para ser lo que nunca seré: un hombre noble, un hombre que
extiende la mano sin buscar el retorno flagrante de Dios
–ese títere exquisito– en la pistola que debería apuntar a mi cabeza
y sin embargo está, sigue ahí como una rata acorralada en el pasillo
sin que tenga el valor de llevarla a la altura del pecho y disparar
y ver sin remordimiento la dentadura de las maldiciones o películas
que me devuelvan la inocencia, tu ternura, tus manos en mis manos,
el indispensable charco de sangre a manera de cerrarte la puerta

Luis Daniel Pulido




miércoles, 7 de noviembre de 2012

POR UNA CIUDAD DE ROQUEROS (NO IMPORTA SEAN GORDITOS Y QUE USEN LENTES)

Foto: Brotograhs

A Marina, este texto y su respectiva canción y video; con todo mi amor
Una buena idea es radical, no aspira a la derrota, añade textos, bibliografías, libros, música, procesos, términos, sistemas, y aún así se deriva y se corrige conforme nos vayan favoreciendo o no: es un engranaje que toma diferentes cursos y no sólo el de la denuncia fácil, el de voluntades manifestadas, el de un resumen de reproches.
Las ideas no pueden ser víctimas de tendencias, aunque en lo superficial pareciera que de eso se trata. No confundamos. Una ciudad de ideas deliberadamente creada en temas, convenciones y acuerdos, es una cápsula publicitaria middle class.
Con todo respeto a los generadores de estas “ideas”, no pueden basarse en confianzas comunes, generalizadas, donde se diga que tal o cual debate tengan una duración promedio, un intermedio de Doritos, una entrevista a los nuevos intelectuales teóricos: Los Tigres del Norte. No me jodan.
Una idea, es cierto, es espontánea y entiendo que para algunos no pasa de la ocurrencia y para otros es un juego político y para otros es como la rana que sale varias veces a la superficie y se hunde en su signo de interrogantes, pero conlleva sangre; y si eres susceptible a pensarla, te inquieta.
Por eso una idea no puede ser el cuerpo social de una malograda democracia, extractos de coros idiotas de conciertos en palenques, la exposición masiva de “pensantes”. Es una lucha prolongada que exige más de un acuerdo, porque de no ser así, nos reducimos a un “tuit”, a 140 caracteres, a un apóstrofe, a un punto en la nada.
Pensemos, pensemos…
Luis Daniel Pulido

lunes, 5 de noviembre de 2012

LA BALADA ROCK DE SPIDER MAN PARA MARINA


Supongo (soy un hombre libre y no un preso
de Camagüey) que evocar el pasado, los días
–pocos, muchos, importantes o simplemente
como el error de tu vida– que no necesito irme
a los extremos, rescatar autores o temas olvidados,
pintar la casa, degollar patos, estimular la creación
literaria en niños que prefieren el futbol soccer,
la revista Hache Extremo, irse de pinta y no llevar libros.

Yo era así, no garantizaba –y mucho menos ahora–
ser un hombre de letras, un hombre que viste impecable,
un hombre de Mascarones.

Estuvimos juntos cuatro meses y eso es lo que me importa
a pesar del tiempo y las mil Secretarías del Medio Ambiente
convertidos en un fénix de ceniza; y de verdad, no como figura
trágica o por el horrible ruido de los camiones de carga
o por lo que vi en playas a donde nunca llegaste.

No me importa, por ejemplo, las pretensiones con filo
que me pasan en la garganta; ya sabes, los mil compromisos
con injusticias y libertades. Me gusta disparar a matar,
y aún soy bueno en eso.

No creo ser –esto como otro ejemplo– el hombre de tu vida;
creo en el punto de vista inmediato, en el reencuentro
sin ideas previas, que en la luna hay un chingo de conejos traviesos,
en que quizá tenga que desentenderme de lo que has sumado estos años
y llegar a verte sin decir nada.

Por supuesto: desdibujar los caminos de regreso.

Luis Daniel Pulido