martes, 14 de mayo de 2013

EL APETITO DE LOS CIEGOS*




Yo no sé si la poesía sea útil, urgente,
necesaria. Igual se dice “bisonte, veintitrés,
Mazinger Z, pelotas”. Igual no.

Todo se reduce a bombillas de bajo voltaje,
espirales de maldiciones y carajos,
cucarachas y sapos.

Quisiera pensar de otra manera,
abrir las vértebras de lo puntual:
hacer sangrar desfiguros o espejismos,
la descomposición del cuerpo de la idea
que fue azul luego verde luego nada.

La luz, después de todo, es un espasmo
del lenguaje, así cites a Zweig, Michaux
o El Piporro.

Luis Daniel Pulido

*Del libro El apetito de los ciegos (en proceso de edición)