sábado, 30 de abril de 2011

FELIZ DÍA DEL NIÑO Y DE LA NIÑA LES DESEA THOR, HIJO DE ODÍN Y DIOS DEL TRUENO



Para mi amiga Lidia LaFlor, este breve soundtrack que le debía


Mi nombre es Thor, nací en Asgard
hace muchos años, pero muchos años;
soy hijo de Odín y a los malos les rompo
su mandarina en gajos

No hablo de currículums ni proyectos,
busco la redención en cada niña que desvisto;
y desde que filmaron mi historia he pasado
de oveja negra a productor ejecutivo
de los besitos de lengua

Mm, mm, mm, mm, mm

No soy muy respetuoso con su virgencita morena,
ni con sus revolucionarios histriónicos:
lo mío, lo mío es estar siempre en los créditos
de mi propia Nueve semanas y media
(cuando los padres de mi novia viajan al D. F.
a ver hombres y mujeres que se desnudan
por la “resistencia” de los 400 pueblos)

Qué lejos, Oh Gran Odín, de nuestro
corazón valiente y mi martillo
rompe nueces

Que el rayo de Asgard rompa,
en partes iguales, los mundos
que nos separan de mi nueva
novia en la Tierra, una tal
Natalie Portman

Hoy, día del niño, me comeré
un pollito

He dicho




martes, 26 de abril de 2011

¿DÓNDE ESTABAS TÚ?

Foto: Akif Hakan Celebi



Hoy me dio por recordar mi época de Pascua cuando tenía once años…entre el Volkswagen escarabajo rojo de mi padre, modelo 78, las gelatinas Jell-o que hacía mi mamá, el reloj Casio que me compraron en la fayuca, la voz de mi hermana como un motor que se averiaba en la carretera…Fui feliz. Mi pregunta es: ¿dónde estabas tú?

Nadia Villafuerte


Te llevo diez años,
cambios bruscos de carácter,
una instalación eléctrica producto
de un “diablito” y algunos cheques
falsos

Tú me cuentas que andabas
en volkswagen rojo del 78,
con tu reloj Casio y que fuiste
feliz; y me preguntas, además,
dónde andaba yo, si cotizaba
desde entonces algún modelo
para amar sin tener lesiones físicas,
algo que compitiera directamente
con la vida o con la muerte
y por qué razón –deducible o no–
aún vivo de las mujeres que se van
y dicen –y dicen y dicen y dicen–
que nunca me amaron

Te he contado –para tu libro,
tu diario personal, las teclas específicas
del chisme que compartes con tu comadre
Karen– que jamás hubiera dejado el futbol,
sus raíces, su transcurrir histórico,
esa fina frontera entre la adversidad
y la violencia, entre llevar el pan
cada fin de semana a mis padres
o romperle los dientes al delantero
centro que se estrellaba en mis puños
y volaba y volaba como la vaca
de las fiestas o de la película Luna Papa

Te llevo diez años,
pero… ¿Qué hacía cuando
tú eras una niña?

Lo que recuerdo: una Vespa Honda,
a mi papá escuchando a Carlos Gardel,
a mi mamá dándome ese medicamento
anti niño malvado y yo con mi playera
de Stars Wars cerrando mi círculo de amistades

Te quiero


martes, 19 de abril de 2011

NO ROMPAS MI CORAZÓN, MARLENE DIETRICH

Foto: Maya Goded

El corazón sabe que antes de empezar la guerra
caeremos abatidos por el resto de la semana.
Ya otros se encargarán de reclutar los próximos talentos;
y no hablo de Cupido de dios o del diablo sino de un nazi
trasnochado, la señorita que hace cortes de caja a la medianoche,
el señor que corre a los niños del parque, el lugarteniente de algo
que llaman Revolución Mexicana

El amor existe, es un instante,
y por eso no debemos perder minutos;
mañana nadie reprochará nuestra condición
de extraños y que nos quede poco tiempo
de vida: tú no quieres volverte irresistible
y yo no quiero escaparme de ti en un espejo
donde mis ojos sean el aullido de los perros
en la madrugada

jueves, 14 de abril de 2011

APUNTES DESDE UN HORIZONTE LEJANO

Portada de la novela de Nadia Villafuerte


A Nadia, que siempre me dice que soy bien guapo y yo le digo que sí, tiene toda la razón


Hemos hecho tantas cosas juntos

y la verdad, amables o déspotas,

nunca imaginamos querernos

de esta manera: a veces con discusiones

y sus respectivos programas voluntarios

de apoyo, ya que nos impresiona,

en cada pelea, la forma de quedarnos

solos y huérfanos y sin temas para responder

o no


A estas alturas ninguno deshoja margaritas

o desusa palacios, ni piensa que el amor

es una posibilidad siempre presente:

nos equivocamos, inventamos pequeños

milagros, nos devolvemos favores

y dibujo tortuguitas en tu pecho

para, de un tirón, borrarlos a besos

y destinar esa zona a mares y bosques


Todo va a estar bien, y acá no importa Dios,

importa la furia y sus flores frescas,

la mirada de niño que nunca me deja

y nada sabe si la vida o la muerte

es justa, confortable o definitiva

y que hace de mí al hombre que dispara,

llora o se hinca y te promete que nunca,

nunca te pasará nada malo: ni hoy ni mañana

ni en el país que se desangra y donde bailas

–cisne negro o blanco– sobre su superficie

de agua


Pero jamás impidas que dispare


martes, 12 de abril de 2011

UN BUEN CORAZÓN, COMO EL MÍO, POCOS

Jean-Marie Pfaff (mi héroe en el Mundial de México 86)

A Nadia, por nuestro divertido juego de pasiones (y mails cólericos)


Podría decirte que te extraño,

excederme en decibeles

con Judas Priest o Black Sabbath

–ya sabes, evito los ramitos eufóricos

de tu twitter–y al mismo tiempo

salir a las calles a pintar letreros

contra la oprobiosa figura materna

de ese alacrán al que llamas “mi tierra”


Podría, sin duda, y sentirme con ello

un buen hombre, un excelente portero,

el don nadie que más ríe en las fiestas;

disfrutar los beneficios que deja

el ser tu amante y marcar con tu lipstick

los últimos números del bingo


Podría ser uno más de esos tontos enamorados,

escribir cerca de ríos transparentes y cristalinos,

de una flor o de helados con evangelios

de riquísimos sabores según tu querido

y ruidoso parque de la marimba


Podría decirte que te extraño,

hacerlo hasta llegar a cifras nunca alcanzadas,

volverme radicalmente austero a la hora

de contestar el teléfono a los que me felicitan

por tu novela y de la cual no sé nada,

excepto que ha sido publicada


Podría, y es que mi corazón a veces

hace maravillas con su Jerry Maguire

de ternura, anotar importantes touchdowns

e irme a millonario a la cama


Podría, sin duda, hacerlo:

soy prolijo en esas cosas

de niños de las que tanto

me acusas


Pero a veces, como hoy, lo único

que me importa es pedirle a Dios,

los teletubbies o South Park,

esa sonrisa maldita a la que tanto

temes y te hace llorar

lunes, 4 de abril de 2011

ALGO MÁS QUE SANGRE EN LA PARED

Luis Daniel Pulido y Nadia Villafuerte

Nadia Villafuerte y un escritor


Nadia Villafuerte y unos monitos

A Nadia


El amor no se trata de secretos,

fórmulas mágicas, aprecios a la industria

de amores a viva voz y sus respectivos ejemplos

de convivencia; al menos nosotros no creemos

en esos territorios donde todo es moderado

o hipócrita como los boleros, la trova,

el plástico nacionalista de las rancheras


Apostamos fuerte en casinos inspirados

en aquélla película de Neil Jordan

por Nick Nolte y su novia serbia;

apostamos destino, gramos de cocaína,

inversiones y hasta el mismo médico forense

a la vista de nuestras ex parejas


Nos escapamos a una feria al sur trágico

y gozoso de un chin chin que me jurabas

era un bonito tranvía regionalista,

y ahí mismo compartimos la ambición

desmesurada por el tiro al blanco


Reímos, nos besamos, me dijiste que te gustaba

mi olor a tabaco y compraste tus lentes para el sol

y yo mi dvd de Michael Schenker y por supuesto

me negué a cantar el himno a Chiapas


Puse en tu mano unas cuantas noticias

extraordinarias de lo que hicimos todo el día,

también flores, chocolates, tés para tus nervios

porque nunca faltará el día que te enoje


El amor, insistimos, tú desde tu habitación

llena de libros y tu bici estacionaria,

y yo desde mi bombardero de separaciones

dolorosas, es un proceso biológico,

el balón de fut que rompe la ventana,

la vitamina C, trastornos del sueño o la memoria,

o simplemente una consecuencia que por insensata,

no tiene remedio

viernes, 1 de abril de 2011

FRESAS CON CREMA




No hemos inventado nada nuevo,

nunca nos lo propusimos:

ni precio ni valor ni formas ni texturas;

el amor, por sí solo, confirma sus propios

tips, los pequeños estantes de libros

que compartimos el día, que sin mí,

partiste con Alex a Inglaterra y nada,

nada sabíamos de alertas por tsunamis


Hicimos el amor, fuimos a una feria,

escribiste tu novela y yo ese poemario

tan aplaudido


Hicimos el amor y te dije te amo

y no contestaste


No esperaba que lo hicieras,

sabes de mi delirio por el vértigo,

por la pulverización total de eso

que llamas bonitos recuerdos


El amor, después de todo, es atisbar

desde un barco un avión o libros

que se cierran, un hogar hecho

a base de números de una cuenta

donde me permites darte puñaladas

y lanzar al aire burbujas de sangre

sin que me dé hipo


No hemos inventado nada, y no hace falta;

ambos tenemos la misma cantidad de dardos

entre los dedos, el mismo árbol que crece

a la derecha, la misma pasión por devorar

y llegar hasta el fondo de la misma cajita

de fresas con crema