viernes, 4 de octubre de 2024

DECLARACIÓN DE AMOR EN UN PAÍS EN GUERRA


 

Hay cosas –o muchas cosas–,
un Simposio sobre la Reforma Constitucional
al Poder Judicial Mexicano,
el inicio de uno de los discos más potentes
del heavy metal,
instrucciones de un entrenador de futbol
sobre cómo pararse frente a la pelota,
el musguito en los edificios viejos
de la Ciudad de México
Cosas sencillas, otras no tanto:
el alcanfor, las hierbas medicinales,
los ricos que van a yoga,
los pobres (como yo) con la congestión nasal
de las antípodas de un circo como son las cruzadas
del bienestar
Puede ser el fin de algo,
la construcción del fracaso,
las ardillas a lo alto,
el corte de luz
Y tú tan bonita con tu Spotify Premium,
resolviendo los retos de tu empresa,
viendo postales de tus abuelos que en algún lugar del mundo
hablan de los éxitos de la arquitectura,
del poder y la mercancía: el libre mercado
Cosas de las que nada sé porque nada sé
de cobrar por lo que hago:
escribir sobre viejos papeles que saco de la basura,
el olor de la vieja Arena Naucalpan,
no del Premio Nobel de Literatura,
escribir porque es mi enfermedad,
me tiemblan las manos,
tengo sangre en los ojos,
alimento padres muertos
Van por ti –me dicen los aspirantes a justicieros,
porque esa es la “voluntad mayoritaria del Pueblo de México”,
y recuerdo las películas de Buster Keaton,
las viejas series de los años 70,
los porteros argentinos que vinieron al país:
Marín, Zelada, Landaburu, Verderi, La Volpe,
y que quería atajar como ellos
Que te vas a poner un nuevo tinte
y estrenarás nuevo corte de cabello –me escribes,
y lo celebro
Porque entre tantas cosas,
tú y yo aún estamos vivos
Lo demás está fuera de nuestras manos:
la impunidad, el picorcito por el dinero,
el narcotráfico
Las pesadillas, mi linda whitexican
Luis Daniel Pulido

jueves, 3 de octubre de 2024

El intento es tratar de abrir el corazón por medio del movimiento del cuerpo. Y sí, en algún momento se escucha el esfuerzo.



Voy a empezar a hacer yoga:
picar coles de Bruselas tatemadas,
una mini siesta
Que el mugrero de cajas de vinos,
una aceituna en la mesita de centro
Yoga de a de veras,
pararme de cabeza
No importa el piso duro,
el gabinete de tuppers para venta
Meditar, conectar con cielo
y tierra,
limpiar el viejo reloj de los intestinos,
el espíritu
Hacer popó relax,
mirar la playa de enfrente,
la absurda melancolía de los veganos:
contar olitas y no comer mejillones
Voy a hacer yoga –dije,
para no encorvarme al escribir poemas,
tener una novia de 1. 80,
ser el Poseidón de Progreso,
el mero chile habanero
Yoga para principiantes,
tampoco abusen
¿Qué fue eso? –pregunta la maestra
Le echo la culpa a la compañera
Luis Daniel Pulido

 

martes, 1 de octubre de 2024

APUNTES Y SÓLO APUNTES DE UN HOMBRE SIN CASA


 

La gente celebra, dicen, un nuevo país,
el ocre otoñal de las cosas nos hace amables,
supongo;
me pasan el café, acomodan mis papeles
donde escribo, me preguntan sobre futbol,
de las palomas haciendo de las suyas
en los bastones de mando de los pueblos originarios,
el olor del óleo en el símbolo máximo de la patria,
el contingente de personalidades por Servando
Teresa de Mier
Qué sé yo,
disfruto unos huevos motuleños:
la comida como único refugio a la intemperie,
a los árboles que se secan,
a los humanos que nos pudren
Camino sin rumbo porque extraño el silencio,
esa canción de TOTO: África
Raro que lo más pobres de este país digan
“empieza una nueva era”
Y vayan al trabajo como si nada
Unos pasos más y el verdadero rostro de este país:
un niño indígena pide unas monedas
El maldito oro está en otra parte
Luis Daniel Pulido