domingo, 8 de octubre de 2017

TUXTLA



Eres mi ciudad. O qué.
Ya no te repites hasta al cansancio
humilde, pequeña, con arroz con leche
y tamal de mole en cada esquina

Con tus viejitas de rebozo
y Moncho el policía incendiario

A mí no me robaron el mes de abril,
a mí me robaron tus matinés extraídos
de lo más profundo de las selvas africanas,
tus canchas de tierra, el campo de La Salle

Y la agencia de Revistas Velázquez, La Forteza,
el parque Morelos

La Prevo y la pantalla más grande de América Latina:
el cine Vistarama de mis fines de semana

Eres mi ciudad: la ballena dormida de tus discotecas,
el sol de California en los vinilos, la luna en los charcos
de la estación de Telégrafos Nacionales,
mi padre –el viejo nómada de setenta años
que me trajo a este rincón de la Tierra

Eres mi ciudad, el edén de la permanencia voluntaria,
la malla ciclónica de viejas canciones

Y ella: que aún trae el uniforme del colegio


Luis Daniel Pulido

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