miércoles, 18 de octubre de 2017

LA TRISTE HISTORIA DE CHARLES BRONSON



Y ahora cómo te digo que te quiero:
los dioses, antes muertos, están más vivos
que nunca y hacen largas filas:
el poeta novel, el genio de las finanzas,
la nueva estrella del futbol brasileño,
el amontonamiento feminista

Quise invitarte un café,
tu empanadota oaxaqueña,
navegar al otro lado de la tierra

Compartir las revelaciones
de los libros prohibidos,
la luz del faro uncida en la piedra,
a los tacos de tripa

Ya no: pusiste aceite de oliva
a los huevos rancheros,
iniciaste la cruzada contra
la testosterona,
me mandaste a un estudio
de masculinidades

¿Qué? ¿Por qué?

Me han prohibido la palabra “desempance”


Luis Daniel Pulido 

3 comentarios:

Deep Camboya dijo...


Mi compadre! Gracias por los temas (¡temazos!). A “Love” no lo conocía, y suenan a dos mil cervezas. A estas alturas ya sabes que vengo cada día (llámame hincha). Me calienta mucho lo que escribes. Me calienta mucho la forma en que lo escribes. Es muy afortunado tener un referente de tal magnitud (tú, compadre, ¡tú!) y querer alcanzarle, para saludarlo.

Te dejo un tema:
https://www.youtube.com/watch?v=bGQ9w-Hoh-U

y esto que es mi (im)propia palabra:

Por toda la frente de un edificio metálico,
que hasta ayer era un picadero al uso,
aparece una mujer robot; recreada con focos cenitales
y estrobos de led que repite en bucle
lo que viene a ser un mensaje de consagración.
Me pide que abra my heart,
que salga, que llegue, que vea
y que crea. Supongo que creer
es, más que nunca, un acto de fe.

<>
me dice un delgado hombrecillo
que tiene en las manos una copa de espuma
y sobre las pestañas restos de hueva de pez.
Prefiero seguir mirando de frente,
sin girar a verlo
y sin responder. Divagando, sospecho que la estrafalaria
tecnología de los dioses tiene algo que ver
con Blade Runner; pero con el tiempo
es normal que uno empiece una cruzada
contra los progresos
y además, aquella nota de despedida
sobre el espejo de la sala comedor
influye en todo desde entonces…

Tengo que caminar adelante,
los grupillos de gente, sensata o no, me atropellan
y me siento debajo de una espesa nube
que se abre, para no lloverme a mí.
¿Qué son esas calmas que tanto promueven?
¿Cómo es ese amor que tanto nos pide?
¿Qué tan propio es ese mojón de lo que se dice nuestro?

Toda la autoestima, puesta en automático
como esas melodías de los ascensores,
me resulta graciosa;
pero en el fondo me inquieta
que haya alguien diciendo que llegará a ser lo que es.

Yo no quiero ir a Nepal
o a ninguno de esos lugares
terriblemente excitantes
que sostienen la moneda corriente
de la espiritualidad.
Hay muchos días en mis días
en los que -sin ser amargo,
sé que hay algo más que la libertad
¿Qué es? No lo sé. A mí me importa seguir cayendo
y a ver si consigo hacer escalas de tu piel a otra piel.

No, yo no vivo en el aire.
No, yo no voy y vengo.
El viento soy yo
y yo soy el lugar.
Yo no quiero ser como tú.

Omar Alej.

luis daniel pulido dijo...

Compadre, amigo, broder:

Disculpa la tardanza, no ha sido fácil reponernos del terremoto acá el sur, olvidados de Dios y del mundo. De ahí que navegar tarde horas y días en océanos inmensos donde a veces no se ve tierra firme. Pero qué placer leerte y leer que los renegados nos reconocemos y compartimos el pan y la mesa. Acá estoy compadre, querido hermano. Alzo a tu salud mi cerveza

luis daniel pulido dijo...

Va rola

https://www.youtube.com/watch?v=ezAmPNYkJ0U