domingo, 3 de agosto de 2014

YO, HELLBOY


A Gina

Fui un niño con misiones asignadas:
el cuarto de castigo, el Ritalín –como un sicario–
en las puertas de mi cabeza,
islas que se hundían en mi presencia

No sé cómo llegué a esto:
leer en público, tener amigos,
segundos planos de un balón
a mitad de precio,
jugar –sí, jugar– de portero

Hubo tragedias –esa respiración lenta
y pegajosa de lo que nos marca como malditos–
en cuestión de segundos: manos llenas de sangre,
violaciones a la regla, gritos de la maestra

Y me dijeron que sólo Dios me salvaría,
algo que al paso del tiempo niego,
fue algo más sencillo: mi mamá
y un papalote y un carrito de plástico


Luis Daniel Pulido

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